Sergio Vargas, Omega, Héctor Acosta, Alex Matos, Secreto, La Insuperable y otros amenizaron la festividad marca país
Más allá de su “belleza entre montañas”, su envidiable clima fresco y la hermosura de sus mujeres, el municipio de San José de Ocoa, caracterizado por sus tradicionales fiestas patronales, culminó el fin de semana su celebración con una cartelera artística, cultural y religiosa que dinamizó la economía en la zona. Según la estimación del alcalde, Aneudy Ortiz, se produjeron ventas hasta de 60 millones de pesos en el comercio local durante los 11 días en los que transcurrió la festividad.
La acostumbrada explosión musical que genera ese evento marca país, organizado por la Alcaldía de San José de Ocoa desde el 11 hasta el 21 de enero, en honor a la Virgen de la Altagracia, es uno de sus atractivos principales y este año cumplió con su acostumbrada agenda artística, amenizada en su primera noche, el 11 de enero, por el urbano Shadow Blow.
Otros intérpretes urbanos que llevaron alegría a visitantes y residentes ocoeños fueron La Insuperable, Secreto “El famoso biberón”, Mozart La Para, Paramba y Liro Shaq, quienes formaron parte de esa descarga musical.
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El calendario artístico de las fiestas patronales también contempló la puesta en escena de consagrados merengueros como Sergio Vargas, Héctor Acosta “El Torito”, Rubby Pérez, Ramón Orlando y en una onda más urbana a cargo de Omega “El fuerte”.
Además, los salseros se sintieron bien representados con éxitos corta venas interpretados por Alex Matos, como “Si entendieras”, “Una noche no es bastante” y “Te voy a declarar la guerra”.
En ese contexto, la presentación de artistas oriundos de San José de Ocoa también cobró fuerza con queridos cantantes locales como Kilow La Magia, La Pimentel Band, Wilka, Vielka y Karina Aguasvivas.
En el marco de esas festividades, la Alcaldía de San José de Ocoa, encabezada por Aneudy Ortiz, reconoció a ocoeños con trayectoria destacada en el exterior, así como a Leo Palacio, artista nacido en Ocoa, y como invitado especial asistió el alcalde de Hazleton, Pensilvania, Jeff Cusat, ciudad donde radican miles de ocoeños.
Uno de los atributos de las Patronales de Ocoa fue la escogencia de la reina, el rey y su corte, durante un reñido concurso que se realizó entre estudiantes con méritos académicos y sociales de esa comunidad.
No cabía ni un mandado
Un mar de gente
Según autoridades de esa demarcación, la celebración de las recientes patronales fue una de las más concurridas en toda su historia, por la concurrencia de feligreses católicos que han convertido la comunidad en un santuario espiritual y de usuarios nacionales y extranjeros que abarrotaron la ciudad sureña en búsqueda de diversión, promoviendo con su visita el turismo de la zona, el comercio de artículos religiosos, la venta de alimentos en los que se destacan la fritura y el chimi, los salones de belleza, las gasolineras, el sector motoconcho, los parqueos y el transporte en general, así como los insumos y derivados de esos servicios. Semanas antes de iniciar las patronales, hoteles, moteles y hostales estaban llenos a toda capacidad en San José de Ocoa, pero esa limitación no fue un impedimento para quienes el viernes 20 de enero utilizaron sus vehículos, guaguas de pasajeros en las que hicieron giras, y las inmediaciones del parque Libertad para descansar los ojos unos minutos porque el sábado 21 la fiesta continuó con mayor furor.
