El médico ocupacional es el especialista que se encarga del diagnóstico de las enfermedades profesionales, aquellas que surgen como consecuencia de la exposición a factores de riesgo en el entorno laboral.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 37 % de todos los casos de dorsalgia (dolor de espalda); 16 % de pérdida de audición; 13 % de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); 11 % de asma; 8 % de traumatismos; 9 % de cáncer de pulmón; 2 % de leucemia y 8 % de los casos de depresión registrados a nivel mundial tuvieron su origen en riesgos ocupacionales.
Actualmente, la Sociedad Dominicana de Salud Ocupacional registra unos 370 médicos ocupacionales en el país.
Diario Libre conversó con Rubén Martínez, encargado de Investigación de Enfermedades Profesionales en el Instituto Dominicano de Prevención y Protección de Riesgos Laborales (Idoppril), quien explicó que, la medicina ocupacional es una especialidad que dura de dos a tres años de estudios y que va en crecimiento en nuestro país.
“Hay que ser médico, obvio, para hacer la especialidad. Se está impartiendo afortunadamente en varias universidades del país, eso incluye la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD), la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm), entre otras”, detalló el galeno.
Sobre la importancia de esta rama, Martínez indicó que es el médico responsable de la “promoción en salud, prevención de enfermedades relacionadas con el trabajo, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. Los médicos ocupacionales son los que deben hacer la calificación de si una enfermedad es de etiología común o es ocupacional”.
Asimismo, trabaja en conjunto con el fisioterapista, a donde suelen ser referidos los colaboradores a los que el médico ocupacional les diagnostica una enfermedad laboral. Los ortopedas, psicólogos, dermatólogos, neumólogos y otorrinos también forman parte del equipo multidisciplinario.
“Se busca la evaluación de los especialistas de las áreas, dependiendo de cuál sea la dolencia que se esté investigando”, señaló Martínez.
Entiende que el crecimiento en la demanda viene de la mano de las grandes empresas que se amparan en las evaluaciones del médico ocupacional al momento de contratar a su personal.
“El propio reglamento 522-06 del Código de Trabajo indica que toda empresa con más de 100 empleados debe tener un médico in situ aunque no manda que sea necesariamente ocupacional pero preferiblemente si es especialista en esa área, pues sería mucho mejor”, destacó el especialista.
Colaboradores más productivos
Martínez precisó que un colaborador sano es un colaborador más productivo y con menos ausentismo laboral, siendo el ideal una evaluación previa a la contratación, seguimientos periódicos y una evaluación de egreso, para registrar cómo se encontraba al salir de la empresa.
“Lo más difícil para el médico ocupacional es el desconocimiento que hay en la población general, pero también en los mismos trabajadores, muy importante, en el empresariado, en los empleadores, hay poca conciencia de lo útil que resulta tener un médico ocupacional para la salud de los y las trabajadores porque el médico ocupacional lleva salud a las empresas, sin perjuicio de los bienes y servicios que producen las mismas”, agregó.
El galeno detalló que “las enfermedades profesionales más frecuentes en la República Dominicana son las osteomioarticulares, aquellas que afectan huesos, músculos, tendones, ligamentos y articulaciones, causadas por sobreesfuerzo, posturas incómodas y movimientos repetitivos”.
Personal de salud, choferes, profesores y trabajadores de Call centers constituyen el grupo poblacional que reporta más casos de enfermedad ocupacional, los dos últimos “por la disfonía por el sobreesfuerzo vocal, uso y abuso de la voz”; los otros reportan túnel carpiano y manguito rotador, “por el uso tan repetitivo de los brazos”.
Estragos de la Covid
En tanto, Odalis Fernández, director de servicios al usuario del Idoppril, recordó que la pandemia por Covid-19 disparó los reportes de enfermedad profesional en el país.
Para el 2021, la entidad registró 5,207 casos. De estos, 5,010 fueron por enfermedades ocasionadas por riesgos considerados de origen biológicos. En 2022, de 3,151 reportes, 3,076 pertenecieron a esta clasificación.
Pasados los estragos de la pandemia, para 2023, la cifra de enfermedades ocupacionales bajó a 268: 182 de origen biológico; 83 por perturbación producida por ruido, presión, temperatura alta o baja, radiaciones, vibraciones y esfuerzos repetitivos.
Hasta noviembre de 2024, el Idoppril contabiliza 77 casos de enfermedad ocupacional, el 66 % por perturbación a los factores antes mencionados.
Formalizar sectores
Fernández citó como importante para el crecimiento de la medicina ocupacional la formalización de todos los sectores laborales, especialmente la industria agrícola y de la construcción, ya que suele contratarse a empleados por jornadas, normalmente, bajo exposición al sol o manejo de químicos (pesticidas), perdiendo así la protección del Idoppril.