Steve Jobs tiene la clave para el éxito laboral: ‘Pide y se te dará’

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Steve Jobs, cofundador de Apple, máximo accionista histórico individual de Disney, fundador de Pixar, y por supuesto, figura inspiradora y polémica entre las grandes de la industria tecnológica, sigue cautivando con sus ideas y discursos hoy en día.

“Todo lo que tienes que hacer es preguntar”. Esta es, según el fallecido cofundador de Apple, Steve Jobs, la frontera que separa al soñador del que consigue sus metas. Una idea que ya defendió en una antigua entrevista en la que el afamado ex director ejecutivo de Apple habla de su adolescencia.

Steve Jobs sosteniendo un iPhone

Corría el verano de 1967 en Mountain View, Silicon Valley y un jovencísimo Steve Jobs, de 12 años, decidió coger el teléfono y llamar a una empresa. En aquel momento se dedicaban a las calculadoras electrónicas y se llamaban HP.  

Aquel adolescente quería “construir un contador de frecuencias” y se preguntaba si en HP tenían piezas de repuesto que le pudieran servir. No consiguió las piezas, pero si un trabajo de verano en el que se sintió “como en el cielo“. 

Apple estrena un emotivo vídeo homenajeando a Steve Jobs en el décimo aniversario de su muerte

“La mayoría de la gente nunca coge el teléfono y llama. La mayoría de la gente nunca pregunta, y eso es lo que separa a la gente que hace cosas de la gente que sólo sueña con ellas”, explicaba Steve Jobs.

¿Fue ese trabajo de verano el que inició el que sería uno de los mayores cambios en la tecnología?. ¿Habría llegado Steve Jobs a dónde llegó de no haber llamado a HP? Es muy probable que de una manera u otra, el destino hubiera sido el mismo, pues la rebeldía e iniciativa de Steve Jobs es de sobra conocida. 

Es mejor ser un pirata que alistarse en la marina

Ahora, bien, ¿fomentó Steve Jobs lugares de trabajo donde fuera sencillo pedir ayuda y colaborar, dónde pedir oportunidades? La respuesta es controversial en este aspecto. En “Biografía de Steve Jobs, el fundador de Apple”, escrita con su colaboración, por Walter Isaacson, periodista estadounidense, todo es una escala de grises en esta cuestión.

Durante el desarrollo del primer Macintosh, solía haber una frase pintada en la pizarra de los desarrolladores del equipo, escrita según la leyenda por el mismo Jobs: “es mejor ser un pirata que alistarse en la marina”. 

Steve Jobs

Para algunos esta frase enfatizaba la valentía, la audacia y asumir riesgos, una suerte de Apple “antisistema”, que no se arrodillaba. Para otros era saltar la burocracia y ser rápidos, e incluso no detenerse ante el “saqueo”. Para los últimos, era el legado de un motivador tiránico, con un liderazgo autoritario más allá de norma, moral o ley, al que no debías contrariar, mucho menos pedir nada.

Muy a menudo, cuando le presentan (a Steve Jobs) una nueva idea, la ataca de inmediato y asegura que es inútil o incluso estúpida, que ha sido una pérdida de tiempo trabajar en ella. Pero si la idea es buena, no tarda en hablarle a todo el mundo de ella como si hubiera sido suya. Interrumpe a los demás, y no escucha“, decía Jef Raskin, fundador del proyecto Macintosh.

Por contra, en su genialidad algunos afirman que Steve Jobs fue el primer mega empresario en implantar el teletrabajo en el sector de la programación y desarrollo entre otro tipo de decisiones adelantadas a su tiempo.

El campo de distorsión de la realidad

Los desarrolladores de Mac pronto acuñaron un término para comprender qué sucedía. Iban al despacho de su jefe a despedirse y volvían dándole las gracias y dispuestos a trabajar más. Por supuesto, sacaron la respuesta de Star Trek: “Campo de distorsión de la realidad”. Esta era la forma que tenían de explicar el extraño fenómeno. 

Según los trabajadores de la época, la capacidad de Steve Jobs para convencerse a sí mismo y a los que lo rodeaban, haciéndoles creer casi cualquier cosa era una extraña mezcla entre encanto, carisma,  marketing o seguridad.

¿Se fomenta pedir ayuda en el entorno laboral? 

Un estudio, publicado en la revista académica Journal of Organizational Behavior en 2018, encontró que, en general, los empleados no se sienten cómodos pidiendo ayuda en el trabajo. Quizás tampoco a la hora de coger el teléfono y pedir una oportunidad.

Los autores realizaron una encuesta en línea con 410 trabajadores en diferentes industrias y encontraron que la mayoría de los empleados evitaban pedir ayuda por miedo a parecer incompetentes o a ser percibidos negativamente.

Obsolescencia programada ¿mito o realidad?

También descubrieron que el clima organizacional y la percepción de la cultura de apoyo en la organización están relacionados con la disposición de los empleados a pedir ayuda. Es decir, cuando los empleados perciben que la cultura de la organización fomenta la ayuda mutua y el apoyo entre colegas, son más propensos a pedir ayuda cuando la necesitaban.

Mientras, los estudios de Wayne Baker, autor del libro “All You Have to Do Is Ask: How to Master the Most Important Skill for Success enfatizan en que las personas que piden ayuda ascienden más rápidamente y a una edad más temprana, están mejor pagadas y gozan de la confianza de sus colegas. Los beneficios son indudables. Si Steve Jobs pudo pedir ayuda, tu también puedes.

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