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Trump elogia la mano dura de Bukele contra el crimen y sugiere deportar criminales de EE.UU.
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Visita de enviado de EE. UU., a Argentina consolida eje regional con Bukele y Trump.
Con un apretón de manos en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Donald Trump y Nayib Bukele sellaron una alianza improbable pero poderosa, entre dos líderes decididos a erradicar el crimen, inspirándose mutuamente para liberar a sus pueblos del miedo. La reunión, cargada de elogios y ambición, marcó un hito en la cooperación entre Estados Unidos y El Salvador.
«Tú has liberado a millones, y nosotros queremos hacer lo mismo», proclamó Trump al recibir a Bukele, el joven presidente que transformó El Salvador de un epicentro de violencia en un bastión de seguridad. El encuentro, lleno de camaradería, fue, a su vez, un grito de guerra contra la delincuencia y un pacto para transformar dos naciones con mano dura.
Trump calificó a su homólogo salvadoreño como «un presidente increíble» y con quien reforzó una estrecha alianza basada en sus posturas duras contra el crimen y la inmigración. Durante un extenso intercambio con la prensa, Trump aplaudió la controvertida ofensiva contra las pandillas en El Salvador e incluso sugirió explorar la deportación de criminales violentos «nacidos en EE.UU.» hacia centros penitenciarios en Centroamérica.
El encuentro destacó la fuerte química personal entre ambos mandatarios. «Es un honor tener aquí a un amigo mío», dijo Trump sobre Bukele. «Estás haciendo cosas increíbles por tu país, y valoramos trabajar contigo porque tú quieres acabar con el crimen, igual que nosotros».
Bukele correspondió al elogio y ofreció ayuda a EE.UU.:
«Es un honor estar en el Despacho Oval con el presidente y líder del mundo libre», afirmó. «Sabemos que ustedes tienen problemas de crimen y terrorismo. Nosotros convertimos la que era la capital mundial de los homicidios en el país más seguro de Occidente». Y añadió una frase que Trump celebró: «A veces dicen que encarcelamos a miles; yo prefiero decir que liberamos a millones».
Mano dura, la clave de Bukele que simpatiza a Trump
Bukele explicó que la clave de su éxito ha sido la aplicación estricta de la ley: «No puedes liberar a los criminales y esperar que el crimen disminuya mágicamente. Hay que encarcelarlos para liberar a la población». En este sentido, ofreció su apoyo a Estados Unidos para enfrentar problemas de crimen y terrorismo, destacando que su país está dispuesto a colaborar en lo que pueda.
El tema dominante del encuentro fue la seguridad fronteriza. Sobre ello, Trump culpó al gobierno anterior por permitir el ingreso ilegal de «millones, incluyendo criminales de prisiones y manicomios», y presumió una supuesta caída del «99,1%» en cruces ilegales «desde esta mañana», criticando a medios como CNN por no destacar estas cifras.
El debate se centró en el caso concreto de la deportación a El Salvador de un presunto miembro de la MS-13 (Mara Salvatrucha), a pesar de recursos judiciales que lo impedían. Tanto Trump como Bukele defendieron la medida, tildando al individuo de «terrorista».
Trump fue más allá y propuso deportar incluso a criminales estadounidenses: «Tenemos monstruos nacidos aquí… Me gustaría incluirlos en el grupo de personas a expulsar». Reveló que le preguntó a Bukele si El Salvador podría ampliar su megacárcel de Tecoluca.
«Le dije: ‘¿Puedes construir más, por favor?’… Nosotros los ayudaríamos económicamente», señaló poco antes de reconocer que la idea enfrenta obstáculos legales y que su equipo (incluyendo a Pam Bondi, actual fiscal general de los Estados Unidos) está «estudiando las leyes».
Esta visita refuerza los lazos entre Estados Unidos y El Salvador, con ambos líderes comprometidos a fortalecer la cooperación en materia de seguridad y a enviar un mensaje contundente contra la criminalidad. Sin embargo, las políticas de mano dura propuestas por ambos no están exentas de críticas, lo que promete mantener el debate vivo en los meses venideros.
La trilogía naranja, ¿un eje ideológico?
Mientras Trump y Bukele fortalecían su alianza en Washington, otro capítulo de esta red de cooperación se escribía en Buenos Aires. Esto sucedió hoy, cuando el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, aterrizó en la Casa Rosada para respaldar al presidente argentino, Javier Milei, y su ambiciosa agenda de reformas económicas. La visita, que coincidió con el fin del cepo cambiario en Argentina, marcó un momento clave para consolidar a Argentina como un aliado estratégico de la administración Trump.
La simultaneidad de estos eventos —la reunión de Trump con Bukele y la visita de Bessent a Milei— pone en relieve una conexión más profunda entre estos líderes, apodada por la comunidad bitcoiner como la «trilogía naranja». Bukele, Milei y Trump comparten un entusiasmo por las ideas de descentralización y libertad económica que encarna Bitcoin, proyectando una visión de soberanía que resuena con los principios de la moneda digital. Aunque aún no está claro si esta afinidad derivará en una estrategia concreta sobre activos digitales, la narrativa de una alianza ideológica está tomando fuerza.
La visita de Bessent a Argentina, justo cuando Trump recibía a Bukele en la Casa Blanca, refuerza la percepción de un eje regional en formación. Argentina y El Salvador, junto a Paraguay, emergen como aliados cercanos de Estados Unidos en un contexto de tensiones con gobiernos de izquierda en Brasil, Venezuela y México. Esta red de cooperación no solo abarca seguridad y economía, sino también una apuesta por redefinir el orden político en América Latina.
La reunión entre Trump y Bukele, junto al respaldo de Bessent a Milei, consolida los lazos entre Estados Unidos, El Salvador y Argentina. Ambos frentes —la lucha contra el crimen y la liberalización económica— envían un mensaje contundente de mano dura contra la delincuencia y apertura al mercado como pilares de un nuevo modelo.
En definitiva, con Trump, Bukele y Milei alineados, el escenario podría estar listo para impulsar transformaciones audaces, pero el éxito dependerá de equilibrar promesas ambiciosas con realidades complejas.