EL NUEVO DIARIO, PARÍS.- El suizo Stan Wawrinka tiene ganado el corazón del público de Roland Garros y se despidió de él regalándole otro épico maratón de más de 4 horas y media contra el australiano Thanasi Kokkinakis, que le superó por 3-6, 7-5, 6-3, 6-7 (4) y 6-3.
El sentido del espectáculo inherente al vencedor de la edición de 2015 encandila a la grada, que en la coqueta pista Simone Matthieu disfrutó de una de las últimas ocasiones que tendrá de ver al simpático Wawrinka, de 38 años pero todavía con fuego en sus brazos.
Su revés a una mano y su obstinación en la pista prendaron a los espectadores, que abandonaron la grada algo decepcionados por la derrota del finalista de 2017.
Era la segunda prestación de más de 4 horas y media que firmaba Wawrinka en esta edición, después de que en primera ronda necesitara ese tiempo y también cinco sets para derrotar al español Albert Ramos.
Ante Kokkinakis, un tenista de 27 años que regresa al mejor nivel tras una larga lesión, no fue suficiente con el pundonor y el apoyo del público. Le faltó algo de fuelle.
El suizo cedió en un duro quinto set y, ante los gritos del público que clamaba su nombre, acabó en tierra vencido por la fatiga.
El australiano, que nunca ha superado la tercera ronda en un Grand Slam, tratará de hacerlo contra el ganador del duelo entre el ruso Karen Khachanov, undécimo favorito, y el moldavo Radu Albot, procedente de la fase previa.