Conseguir crear una máquina capaz de pensar como tú, pero mil veces más rápido. Suena a película de Spielberg, pero en realidad eso es lo que Sam Altman, el CEO de OpenAI, promete para este 2025 con respecto a la inteligencia artificial. Sin embargo, parece que podría quedarse en ficción y quizá está poniendo las expectativas demasiado por los aires.
Hace un año, Altman y su equipo vendían la idea de que la Inteligencia Artificial General o AGI estaba a la vuelta de la esquina. Decían que pronto verías agentes de IA trabajando en empresas, cambiando al 100% la forma de trabajar.
Sam Altman fue muy claro: OpenAI está preparada para desarrollar una inteligencia artificial que nos supere en casi todo. Una IA tan lista que podría resolver problemas que ni siquiera entendemos. Pero cuando miras alrededor, la cosa no parece tan espectacular y todo sigue igual.
Si bien es cierto y tampoco se puede negar que los avances en IA van a la velocidad de la luz, estamos muy lejos de tener una inteligencia artificial que piense realmente como un humano. Incluso quién sabe si el ser humano será capaz de lograr tal objetivo.
Y aquí llega Elon Musk, a poner los puntos sobre las íes y sobre la IA
Mientras Altman sueña, Elon Musk es algo más precavido —quien lo iba a decir— y no precisamente de una forma suave. Musk ha sido tajante en sus predicciones sobre los peligros de la IA. Habla de posibles y grandes peligros y riesgos que podríamos vivir si seguimos desarrollando esta tecnología sin control.
En sus últimas declaraciones, Musk habla de una “sequía” que se avecina. Pero no se refiere al agua, sino a una sequía de innovación real en inteligencia artificial. Según él, estamos llegando a un punto donde los avances se están ralentizando y lo cierto es que no es para menos.
¿Qué está pasando realmente? Poniendo los pies sobre la tierra, la realidad es que desarrollar una IA verdaderamente inteligente es muchísimo más complicado de lo que parece. No se trata solo de programar algoritmos, sino de crear algo que realmente pueda pensar, razonar y tomar decisiones como un ser humano.
¿Cómo le das a una máquina la capacidad de entender sutilezas? ¿Cómo le enseñas empatía? ¿Cómo haces para que tenga sentido del humor? A día de hoy —a no ser que alguien haya tocado en la tecla exacta y lo esté ocultando— esto es imposible.
2025, el año en el que la burbuja de la IA va a desinflarse
Lo que potencialmente se va a vivir en 2025 es una especie de desaceleración en las expectativas sobre la IA. Las predicciones salidas de tono de hace dos años están chocando ahora con la dura realidad de lo técnico.
“Es importante destacar que este estancamiento no implica una falta de progreso, sino más bien una fase de consolidación y ajuste tras un periodo de crecimiento rápido. La industria de la IA continúa evolucionando, y se espera que nuevas innovaciones principalmente de Agentes autónomos y humanos digitales: Se espera una proliferación de sistemas de IA capaces de operar y tomar decisiones de forma independiente en entornos complejos”, comenta en una entrevista para Computer Hoy Josué Pérez Suay, especializado en marketing digital e inteligencia artificial.
Las empresas siguen invirtiendo, los investigadores siguen trabajando, pero el ritmo de avance no es tan rápido como se esperaba. Y lo cierto es que es totalmente normal. 2023 y 2024 han sido años con avances, nuevos modelos y descubrimientos top casi cada mes. Todo lo que sube, baja, y parece que ahora es el turno de la IA, aunque esto no significa que se pare por completo la innovación.
Muchos científicos argumentan que estos procesos son normales en cualquier revolución tecnológica. El primer ordenador ocupaba una habitación entera y ahora tienes entre tus manos más potencia gracias al móvil.
En las predicciones de los expertos ahora se habla más de IA especializada que de AGI. En lugar de buscar una inteligencia artificial universal, se están concentrando en mejorar sistemas para tareas específicas.
La IA seguirá evolucionando, pero probablemente no de la forma espectacular que se ha estado vendiendo estos años. Será más un proceso de poco a poco, con mejoras pequeñas pero potentes.
“Hay una cara positiva en este escenario. Muchas empresas están aprovechando este momento para repensar cómo están utilizando la IA, buscando aplicaciones más prácticas y reales que tengan un impacto directo en la vida de las personas. Así, aunque la narrativa de “sequía” pueda parecer desalentadora, también podría ser el momento perfecto para que surjan innovaciones inesperadas que sorprendan incluso a los más escépticos”, finaliza el experto.
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Etiquetas: Inteligencia artificial, Elon Musk
