La celebración y los aplausos para los pugilistas dominicanos, Cristian Pinales y Yunior Alcántara se quedaron en la mañana del domingo.
Ambos peleadores cayeron en los cuartos de final del boxeo en los Juegos Olímpicos de París y se tuvieron que conformar con la medalla de bronce, y unos ocho millones de pesos que le esperan al retornar a la República Dominicana.
Yunior, de 19 años, se convirtió en el tercer pugilista en lograr una medalla olímpica desde que el país participó por vez primera en un evento de este tipo en Tokio 1964. Pedro Julio Nolasco ganó bronce en Los Ángeles 84.
Alcántara venció al español Rafael Lozano Jr. por decisión dividida, sin embargo, este domingo, el joven boxeador cayó ante el francés Billal Bennama.
Al concluir el combate, los cinco jueces dieron idéntico puntaje 29-28 a favor del francés. Al dar a conocer el veredicto, gran parte del público protestó por la decisión.
El primer asalto los cinco jueces favorecieron 10-9 a Alcántara, quien durante los tres asaltos se desplazó con agilidad y juego de piernas, conectando al rostro de Bennama, quien sufrió cortadura en ambas cejas.
“Solo nos queda seguir trabajando fuerte. He tenido un ciclo olímpico corto, pero muy creciente, podemos mejorar mucho y llevar mejores éxitos a mi país”, sostuvo Alcántara luego del combate. “Íbamos por el mayor resultado y no fue posible, Dios es quien dispone”, agregó.
Pinales fue el cuarto
Cristian Pinales se convirtió en el cuarto boxeador de la República Dominicana en alcanzar una medalla olímpica luego de su revés por decisión dividida 3-2 ante Nurbek Oralbay, de Kazajistán, en la ronda de semifinal.
Pinales, de 22 años y en su primera participación en unos Juegos Olímpicos, cayó por puntos 27-30, 28-29, 29-28, 30-27 y 27-30 a favor del kazajo, el cual pudo mantener el combate cerrado y mostrar mejor actitud en el último asalto.
“Hubo opciones, los árbitros vieron la pelea distinta y me vieron perdedor. Di lo mejor, ahora me toca reflexionar y seguir trabajando para lograr mucho más”, dijo Pinales al terminar el combate.
