Primero fue la guerra de los buscadores, luego vino la de los navegadores, en ambos Google se coronó como el rey absoluto, pero la nueva batalla ya ha comenzado: la de los navegadores con inteligencia artificial. Y OpenAI acaba de mover ficha con Atlas, que pone a ChatGPT directamente en tus manos.
Tras el lanzamiento de Comet, de Perplexity, parecía que nadie podía ofrecer una experiencia más integrada, hasta ahora. He estado probando Atlas, el nuevo navegador basado en Chromium, y lo que plantea va mucho más allá de añadir un chatbot en la barra lateral, es un cambio total de cómo navegamos en la web.
Después de unos días de uso, puedo decirlo sin rodeos, Google Chrome tiene un serio problema. ChatGPT Atlas no solo responde mejor, también actúa, recuerda y se anticipa, por lo que es el primer navegador que convierte la IA en algo verdaderamente útil, no en una función de marketing.
Un navegador con IA real con modo agente

Atlas/Computer Hoy
La diferencia entre Atlas y Chrome es clara desde el primer minuto. Mientras el navegador de Google ha añadido Gemini como una extensión más en la barra de búsqueda, la app de OpenAI fue diseñado desde el principio con ChatGPT en el centro, por lo que todo el sistema gira alrededor de la IA, y eso se nota.
ChatGPT está siempre disponible en una barra lateral discreta, no aparecen ventanas flotantes ni mensajes que bloquean el contenido. Puedes pedirle un resumen de una página, traducir un párrafo, reescribir un texto o analizar un artículo sin moverte de la pestaña. Lo hace rápido, sin saturar la pantalla y con una naturalidad que sorprende.
Lo que más llama la atención es lo poco intrusivo que resulta debido a que no se impone, no interrumpe tu lectura, ni necesita que cambies de pestaña. Está ahí, esperando tus instrucciones, por lo que es justo lo que siempre debió ser un asistente digital.
El verdadero punto de inflexión llega con el modo Agente, que es una función exclusiva de Atlas que permite que ChatGPT actúe dentro del navegador. Lo activas y puedes pedirle cosas como: Busca un portátil por menos de 1.000 euros, compáralo y añádelo al carrito. Atlas lo hace paso a paso, abriendo páginas, analizando precios y mostrando todo lo que hace en pantalla.

Modo Agente de Atlas/Computer Hoy
No se trata de una automatización ciega, puedes pausar el proceso, detenerlo o tomar el control en cualquier momento. Todo ocurre dentro del navegador, sin acceso al sistema operativo ni a tus archivos. Es una forma de delegar tareas repetitivas sin perder el control.
Gemini, el asistente de Google, está todavía lejos de algo así. Puede responder en una búsqueda o darte sugerencias, pero no ejecuta acciones ni mantiene contexto entre pasos. Atlas, en cambio, recuerda lo que haces y puede continuar un proceso sin que tengas que repetirle todo.

Modo Agente ChatGPT Atlas/Computer Hoy
Privacidad y control en tus manos
Una de las cosas que más valoras cuando usas Atlas es el control que ofrece sobre tus datos. Puedes decidir si el navegador recuerda tus hábitos, qué información se guarda y cuándo eliminarla. También existe un modo sin memoria para quienes prefieren no dejar rastro de su actividad.
Esa gestión de la privacidad marca una gran diferencia, ya que mientras Google sigue basando buena parte de su negocio en la recopilación de datos, OpenAI ha apostado por una relación más transparente. Tú decides si la IA debe aprender de tu comportamiento o limitarse a responderte en el momento.
La memoria contextual, por su parte, es opcional, pero mejora la experiencia. Si la activas, Atlas recuerda qué webs visitaste o qué temas estuviste investigando, y adapta sus respuestas en función de eso.

Computer Hoy
Tras un par de días de uso, la sensación es clara, este navegador con IA no se siente como un experimento. Es un navegador sólido, funcional y tan estable como Chrome, con la ventaja de integrar una inteligencia artificial que realmente trabaja contigo.
Durante la prueba, lo utilicé para traducir artículos, leer PDF y comparar precios, y en todos los casos, ChatGPT respondió rápido y con precisión. Por ejemplo, mientras escribía texto, Atlas resumió un documento, tradujo una fuente en inglés y me ayudó a verificar errores ortográficos en un párrafo sin que tuviera que abrir nuevas pestañas.
Un punto a favor es que, al estar basado en Chromium, mantiene compatibilidad con todas las extensiones de Chrome. Significa que puedes instalar tus herramientas habituales, desde gestores de contraseñas hasta bloqueadores de anuncios, sin notar diferencia alguna.
También recibe las mismas actualizaciones de seguridad, por lo que tus datos, seguridad y privacidad están a salvo. La experiencia general es fluida y coherente, no parece un navegador nuevo, sino la evolución natural de Chrome, pero con inteligencia real integrada en cada rincón.
Lo que Chrome no ha entendido aún
Google domina los navegadores desde hace más de una década, donde Chrome es rápido, estable y está optimizado para los servicios de la propia compañía. Pero esa comodidad tiene un precio, y es que la innovación se ha vuelto mínima. Gemini, su apuesta por la IA, sigue sintiéndose desconectada del navegador.
En Chrome, la inteligencia artificial vive en pestañas aparte o ventanas que interrumpen tu trabajo. En Atlas, la IA forma parte del flujo natural debido a que no es un añadido, sino el núcleo de la experiencia. Puedes investigar, escribir o comparar sin moverte del mismo sitio.
El navegador de ChatGPT no te lanza respuestas, sino que trabaja contigo, pero Google Chrome, en cambio, todavía te obliga a saltar entre pestañas o a usar otros servicios de Google. Es una diferencia de concepto más que de tecnología.
La nueva generación de navegadores

Montaje/IA
El lanzamiento de Atlas marca algo más que una novedad puntual, y es que es el inicio de una nueva etapa en la forma en que te relacionas con Internet. Hasta ahora, navegar consistía en buscar, leer y hacer clic, pero con los navegadores impulsados por IA, la lógica cambia por completo.
Ya no consultas la web, interactúas con ella debido a que la inteligencia artificial no solo te muestra información, la interpreta, la resume y la convierte en acciones concretas. Atlas ha sido el primero en llevar esta idea a la práctica de forma coherente.
No es una función añadida, ni un experimento en fase beta, es un navegador completo que entiende lo que haces y te acompaña en cada paso. Puedes pedirle que investigue un tema, redacte un resumen o realice una compra mientras tú te centras en otras tareas.

Computer Hoy
Su capacidad de actuar dentro de las páginas web lo coloca en una categoría distinta a todo lo que conocíamos hasta ahora. Otros proyectos han intentado seguir este camino. Comet, de Perplexity, integra búsquedas con IA, y Copilot Browser, de Microsoft, ofrece sugerencias contextuales.
Sin embargo, ninguno alcanza el nivel de integración que propone OpenAI. ChatGPT Atlas no te saca de tu flujo de trabajo ni abre ventanas aparte, el chatbot está integrado en el propio proceso de navegación. Esa diferencia, que parece menor, es la que lo convierte en una herramienta que realmente cambia la experiencia.
OpenAI ha entendido que el navegador puede dejar de ser una simple puerta de acceso para convertirse en un espacio de trabajo inteligente. Ya no necesitas moverte entre pestañas, apps o extensiones.
Todo —leer, escribir, comparar, traducir o investigar— ocurre dentro de un mismo entorno asistido por ChatGPT. Lo que antes dependía de tu atención constante ahora puede automatizarse o delegarse, sin perder el control.
La idea central es sencilla: la navegación ya no trata de buscar, sino de entender, decidir y hacer. Atlas lo ha entendido antes que nadie, y con ello ha abierto una nueva era en la que el navegador deja de ser una herramienta pasiva y se convierte en un asistente digital en toda regla. Chrome, por primera vez en años, parece estar jugando a ponerse al día.
OpenAI demuestra que un navegador puede ser algo más que una ventana a Internet, puede analizar, ejecutar y aprender contigo. En ese sentido, el navegador de Google se ha quedado atrás.
Si esta es la dirección que va a tomar la navegación del futuro, Chrome, Edge, Firefox, entre otros, tienen motivos para preocuparse. Atlas no compite por velocidad o diseño, compite por inteligencia. Y eso, en 2025, es lo que realmente importa.
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Etiquetas: Navegadores





