Las infinitas promesas de prosperidad de la IA han atraído a numerosas empresas a esta tecnología, como la miel a las abejas. Nadie quiere quedarse atrás con respecto a la competencia, y eso parece obligar a todo el mundo a adaptarse a la inteligencia artificial. ¿El problema? Que no siempre parece ser una buena idea del todo, según lo que dicen los expertos en la materia.
Eso al menos es lo que se traduce un reciente informe de EY, el cual revela un lado que ni Sam Altman ni Bill Gates suelen poner encima de la mesa: la mitad de las organizaciones ya ha experimentado impactos negativos debido a fallos de seguridad en sus sistemas de IA. ¿A qué se deben exactamente y cómo están afectando ya a numerosas compañías de todo el mundo?
El lado oscuro de la inteligencia artificial
Nadie puede poner en duda, al menos en principio, las ventajas que tiene la inteligencia artificial. No solo hay empresas que ya están automatizando procesos (con el impacto para el empleo que eso supone), sino que también dejan decisiones estratégicas en sus manos. Todo con el fin de mejorar la eficiencia y, sobre todo, tener un ahorro considerable de cara al bolsillo.
Pero los datos demuestran que no todos son buenas noticias y que, debido también a la IA, “cualquiera puede hacer ataques sofisticados”. Según el nuevo estudio recientemente compartido, solo un 14% de los CEOs creen que sus sistemas de IA protegen adecuadamente los datos sensibles. O lo que es lo mismo, que dejan sus negocios en una situación vulnerable.
Hay que partir de la base, como dicen los expertos, de que la IA ha puesto un poco patas arriba todo lo que tiene que ver con la seguridad de muchas empresas. Para hacerse una idea general, las organizaciones utilizan en promedio 47 herramientas diferentes de seguridad, lo cual, como es lógico, dificulta la gestión eficaz de riesgos y la detección de amenazas de todo tipo.
Un ejemplo claro son los ataques de “vishing“, como se suelen conocer entre los especialistas los casos de phishing por voz. Solo estos aumentaron un 442% en la segunda mitad de 2024. Gracias a la IA, los atacantes son capaces de imitar voces con gran fidelidad, engañando a empleados y clientes para que revelen información confidencial y muchas veces delicada.
La IA: el enemigo en casa
Por si fuera poco, los expertos advierten sobre los riesgos internos asociados con el desarrollo y despliegue de agentes de IA sin supervisión. El 68% de las organizaciones permite que los empleados creen o implementen IA sin prácticamente control, y solo el 60% emite directrices claras para regular estas actividades.
¿Y qué sucede con ello? Pues básicamente que aumenta la probabilidad de errores humanos, mal uso de datos sensibles y exposición involuntaria de información crítica. Con todo ello se demuestra que la IA puede ser beneficiosa, pero también un dolor de cabeza importante. Sobre todo porque, tal y como parece, no todas las compañías están preparadas para sus riesgos. Al menos, todavía.
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Etiquetas: Inteligencia artificial




