En el siempre provocador terreno del cine de autor, Nicole Kidman vuelve a sorprendernos con una actuación que explora las profundidades del deseo y la vergüenza en “Babygirl”, dirigida por la cineasta holandesa Halina Reijn.
Esta película, que ha generado intensos debates tras su estreno en el pasado Festival de cine en Venecia, aborda temas como el poder, la sexualidad y la lucha interna por aceptar todas las capas de uno mismo.
Listín Diario participó en un conversatorio con Kidman y Reijn para entender la visión artística detrás de esta obra y el impacto emocional que ha tenido en sus creadoras.
En” Babygirl”, Kidman interpreta a Romy, una mujer casada y madre de dos adolescentes que se ve atrapada por una atracción incontrolable hacia su joven nuevo empleado, Samuel, interpretado por Harris Dickinson.
Lo que comienza como un encuentro aparentemente inocente se transforma en una relación cargada de elementos de dominacion sexual, que amenaza con desmoronar su vida profesional y personal.
SENTIR DE KIDMAN
Sobre su actuación, Kidman reflexiona: “El descubrimiento de Romy sobre qué es lo que realmente desea la lleva a un lugar de conflicto constante. Esa lucha interna es algo con lo que muchas personas pueden identificarse”.
La crítica ha celebrado el rendimiento de Kidman, quien ganó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine de Venecia.
Esta interpretación se suma a una carrera repleta de decisiones audaces, como To Die For, donde encarnó a una aspirante a celebridad dispuesta a todo por la fama, y Eyes Wide Shut, una exploración de la fantasía sexual bajo la dirección de Stanley Kubrick.
Kidman admite que no se detiene a pensar si ciertos papeles podrían perjudicar su carrera: “Si lo hiciera, probablemente no habría hecho la mayoría de las películas que he hecho”.
Visión de Halina Reijn
Halina Reijn, conocida por sus trabajos que desafían las normas sociales, trae en Babygirl una exploración de la feminidad y el poder.
Inspirada en una conversación con una amiga que reveló nunca haber experimentado un orgasmo en 25 años de matrimonio, Reijn comenzó a investigar las complejidades de la relación de las mujeres con sus cuerpos.
“Me di cuenta de que casi todas las mujeres tienen historias similares. Fingen orgasmos, tienen una relación extraña con su cuerpo. Pensé que todo esto haría una gran película”, manifestó.
Reijn también quiso abordar el deseo de ser aceptada: “El centro de mi película es cuando Romy le dice a su esposo: ‘Quiero ser normal, la mujer que tú deseas.’ Es un sentimiento que creo que todos tenemos, pero especialmente las mujeres. Siempre estamos tratando de moldearnos para encajar”.
COLABORACIÓN CREATIVA
Kidman describe su colaboración con Reijn como una de las más intensas y enriquecedoras de su carrera, comparándola con su trabajo con Susanne Bier en The Undoing.
“Con Halina hubo una conexión casi telepática. Compartimos historias personales y probamos diferentes cosas en un ambiente muy seguro”, expresó.
Un ejemplo notable de esta conexión es el sonido gutural que Kidman utiliza para expresar el placer sexual de Romy, un detalle que no fue ensayado pero que se desarrolló de forma orgánica durante el rodaje. “Era algo que discutimos mucho, pero no lo practicamos. Fue un momento de respuesta inmediata y real”.
REFLEXIÓN SOCIAL
“Babygirl” no es solo un thriller erótico; también es un estudio profundo sobre los deseos reprimidos y las normas sociales que los reprimen.
Reijn comenta que Romy y Samuel nunca tienen una conversación real sobre consentimiento, lo cual es intencional: “Quise mostrar la complejidad de las relaciones de poder y cómo afectan nuestras interacciones”.
La película también aborda el tabú de la exploración sexual en las mujeres mayores, algo que Kidman considera vital: “Es asombroso cómo la gente se vuelve tan íntima conmigo después de ver el film. La respuesta ha ido desde ‘Es la película más perturbadora que he visto’ hasta ‘No puedo esperar para hablar con mi pareja sobre esto’”.
IMPACTO CULTURAL Y PROFESIONAL
Kidman espera que Babygirl abra el camino para más películas que exploren diferentes facetas de la sexualidad y el deseo. Como productora a través de su compañía Blossom Films, Kidman ha apoyado a directoras como Jane Campion y ahora Halina Reijn. “Prometí trabajar con una directora cada 18 meses. Cuando escuché sobre Halina, la llamé desde Australia y hablamos durante dos horas. Desde ese momento supe que haríamos esta película juntas.”
Reijn, por su parte, espera que la película inspire a las mujeres a aceptar todas las partes de sí mismas. “Quiero que vean que es posible amar incluso los aspectos que consideramos feos o vergonzosos. Esa es la esencia de Babygirl.”
“Babygirl” es una película que desafía, incomoda y abre conversaciones necesarias sobre el deseo femenino y las expectativas sociales.
Gracias a la valentía de Nicole Kidman y la visión audaz de Halina Reijn, esta obra promete dejar una huella imborrable en el panorama cinematográfico y en quienes se atrevan a explorar su complejidad emocional.