Muchas herramientas que funcionan con IA, como Grok o Copilot, son ya capaces de hacer imágenes muy convincentes. Tanto, que en ocasiones incluso pueden llegar a resultar difíciles de distinguir de las auténticas. Y si no, que se lo digan a la red social X, donde la inteligencia artificial de Elon Musk está llenando la plataforma de todo tipo de contenidos de lo más disparatados.
Sin embargo, igual que sucede con los textos llevados a cabo por ChatGPT y similares, los dibujos de la IA no siempre salen bien. De hecho, hay algunos elementos concretos con los que tiene muchos problemas. A continuación veremos algunos de los más fragrantes y, sobre todo, analizaremos por qué la inteligencia artificial, en ocasiones, no es tan inteligente después de todo.
Los dibujos e imágenes que se resisten a la IA
Da igual que se trate de Grok, Dall-E, Copilot o la inteligencia artificial capaz de llevar a cabo imágenes y dibujos que sea. Lo cierto es que existen algunas cosas que la inteligencia artificial rara vez hace bien. Por ejemplo, las manos y los pies de las personas que dibujan, y que en no pocas ocasiones aparecen parcial o completamente deformes o incluso duplicados.
No es lo único en lo que la IA tiene problemas. Sin ir más lejos, algo le sucede cuando se requiere de una precisión concreta, como sucede con los relojes. Si pides que lleve a cabo una imagen -aunque sea sencilla- con cualquier tipo de reloj marcando una hora concreta, es prácticamente imposible que esta acierte, a no ser que sea poco más o menos que por casualidad.
¿Por qué a la inteligencia artificial le cuesta dibujar ciertas cosas?
La explicación a por qué la inteligencia artificial comete habitualmente estos fallos no es del todo sencilla. Para empezar, conviene tener presente que el nombre de esta tecnología tiende a resultar engañoso. Porque Grok, Copilot, ChatGPT y demás herramientas no son inteligentes, sino que más bien deberían considerarse redes neuronales generativas, como dicen los expertos.
¿Qué quiere decir esto en realidad? Pues que cuando uno pide una imagen o un dibujo a la IA, esta se basa en la información de la que dispone, que por lo general viene nutrida por los datos con los que ha sido entrenada. O dicho de otra forma: en ningún momento entiende el mensaje como tal. La IA puede dibujar un reloj, es cierto, pero es incapaz de comprender su funcionamiento.
De hecho, no es la primera vez que especialistas hablan sobre el tema. Un reciente estudio reveló por qué la IA se equivoca tanto (Apple últimamente ha tenido dolores de cabeza con ello), e incluso la propia Google reconoció hace no mucho que la inteligencia artificial no era en estos momentos más inteligente que un gato doméstico, signifique eso lo que signifique realmente.
Mientras tanto, otros siguen insistiendo en que llamar inteligente a la inteligencia artificial es un error en sí mismo, y que más adecuado sería el término “algoritmos de aprendizaje automático”. Así todo el mundo comprendería mejor sus meteduras de pata.
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Etiquetas: Inteligencia artificial
