Experta en IA pone el grito en el cielo: “Nos está atrofiando el pensamiento”

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Estás escribiendo un correo electrónico y, en lugar de redactarlo tú, le pides a ChatGPT que lo haga. O estás resolviendo un problema en el trabajo y, en vez de darle vueltas a la cabeza, le preguntas a una IA. Desde luego esta es una realidad que ya muchas personas conocen y que han puesto en práctica.

Pero, ¿qué pasa si te digo que este uso de forma constante de la inteligencia artificial podría estar afectando tu capacidad de pensar por ti mismo? 

Eso es exactamente lo que advierte una experta en IA, a La Vanguardia, que ha puesto el grito en el cielo: “Estamos usando la IA para articular nuestro pensamiento y eso es peligroso, resta capacidad de acción”.

Según ella, el uso excesivo de estas herramientas no solo nos hace dependientes, sino que también reduce nuestra capacidad para articular ideas, resolver problemas y tomar decisiones. Y no es solo una teoría: cada vez hay más estudios que respaldan esta preocupación. 

Riesgos inteligencia artificial fin de la humanidad

¿Qué es está ocurriendo con la IA y su uso por parte de las personas?

No cabe duda de que la inteligencia artificial es increíblemente útil. Ahorra tiempo, ayuda a ser más productivos y, en muchos casos, hace cosas que no se podrían hacer solos. Pero aquí está el problema: cuando se delega demasiado en la IA, nuestro cerebro se vuelve perezoso.

Piensa en cómo aprendemos. Cuando el cerebro humano trabaja duro para encontrar una solución. Ese proceso hace a las personas más inteligentes, más creativos y más capaces. Pero si se deja que la IA haga todo el trabajo, ¿qué se está aprendiendo realmente? Nada. Simplemente se siguen instrucciones. 

La experta lo explica así: “La IA es como una muleta. Si la usas todo el tiempo, tus músculos se debilitan”. Y tiene razón. Cuando se depende demasiado de estas herramientas, se pierde la capacidad de pensar de forma crítica y de resolver problemas.  

La carrera hacia la inteligencia artificial general

Un ejemplo claro es el lenguaje. Cada vez más personas usan IA para redactar textos, desde correos electrónicos hasta informes. Pero, ¿qué pasa cuando necesitas escribir algo sin ayuda? Muchos se quedan en blanco, sin saber por dónde empezar. La IA está provocando que muchos pierdan práctica en algo tan básico como comunicarse.  

Otro punto preocupante es cómo la IA afecta a la creatividad. Cuando se usan herramientas como ChatGPT o DALL-E para generar ideas o imágenes, se está dejando que la máquina haga el trabajo creativo por nosotros. Pero la creatividad no es solo tener ideas; es el proceso de darles forma, de experimentar, de equivocarse y volver a intentarlo.

Si se deja que la IA haga todo eso, ¿qué nos queda a nosotros? Según la experta, el ser humano se está convirtiendo en consumidor pasivo de creatividad, en lugar de creadores activos. Y eso es un problema, porque la creatividad es una de las habilidades más importantes que tenemos.

Inteligencia artificial en 2025

¿Qué dicen los estudios sobre el uso excesivo de la IA?

No es solo una opinión; hay estudios que respaldan estas preocupaciones e investigaciones recientes han demostrado que el uso excesivo de la IA puede reducir la capacidad de memoria, de atención y hasta de toma de decisiones.  

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Harvard encontró que las personas que dependen demasiado de los sistemas de navegación GPS tienen menos capacidad para orientarse por sí mismas. Lo mismo podría estar pasando con la IA: cuanto más se usa, menos se ejercitan las propias habilidades innatas del humano.  

Otro estudio, esta vez de la Universidad de Stanford, mostró que el uso una y otra vez de herramientas de IA en el trabajo puede llevar a una “pérdida de agencia”. Es decir, las personas se sienten menos capaces de tomar decisiones por sí mismas y más dependientes de la tecnología.  

¿Cómo podemos usar la IA sin perder nuestra capacidad de pensar?

La solución no es dejar de usar la IA por completo. Después de todo, estas herramientas tienen una gran cantidad de beneficios. La clave está en encontrar un equilibrio: usar la IA como una ayuda, no como un reemplazo de tu pensamiento.  

Una forma de hacerlo es establecer límites. Por ejemplo, usar la IA para tareas repetitivas o que requieren mucho tiempo, pero seguir haciendo el trabajo creativo y crítico por nosotros mismos. Otra idea es usar la IA como una herramienta de aprendizaje, no como una respuesta automática. Por ejemplo, en lugar de pedirle a ChatGPT que escriba un texto completo, usarlo para generar ideas y luego desarrollarlas tú mismo.  

Otro de los grandes puntos a discutir aquí es que muchas personas no son conscientes de cómo estas herramientas pueden afectar su capacidad de pensar y actuar. Si se saben cuáles son los riesgos, podemos tomar decisiones más informadas sobre cómo y cuándo usarlas.  

En pocas palabras, ya todo el mundo sabe que la inteligencia artificial es increíblemente poderosa, pero no es infalible. Si se usa de manera inteligente, puede ser una gran aliada. Pero si las personas se vuelven demasiado dependientes, se corre el riesgo de perder algo fundamental: las capacidad de pensar por nosotros mismos.  

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Etiquetas: Inteligencia artificial, Software

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