Las estafas no paran de evolucionar, y cada vez se vuelven más sofisticadas, silenciosas y difíciles de detectar. Ya no basta con tener cuidado con correos electrónicos o SMS fraudulentos: ahora los delincuentes han empezado a explotar escenarios cotidianos como el simple acto de aparcar tu coche.
Si conduces y utilizas los parquímetros para pagar con el móvil, presta atención, porque esta nueva táctica podría vaciar tu cuenta en cuestión de segundos.
Tal como explica la experta en ciberseguridad y criminóloga María Aperador en un vídeo de TikTok, los ciberdelincuentes están aprovechando el sistema de pago digital mediante códigos QR para lanzar una estafa masiva en aparcamientos públicos.
Un código QR falso y una aplicación trampa: así funciona la estafa
El método es simple pero muy efectivo, puesto que colocan una pegatina con un código QR falso sobre el código legítimo del parquímetro. A simple vista, parece parte del sistema, pero lo que haces al escanearlo es entregar tus datos directamente a los estafadores.
Lo más preocupante es lo fácil que resulta caer en la trampa, porque el proceso simula ser completamente legal y funcional… hasta que ya es demasiado tarde.
Una vez escaneas ese código manipulado, se te redirige a una página web falsa o te hacen descargar una app fraudulenta que simula ser la oficial del servicio de estacionamiento. En esa web te piden introducir tus datos personales y bancarios con total normalidad.
Sin embargo, el problema es que, en cuanto los introduces, los delincuentes ya tienen todo lo necesario para vaciar tu cuenta o cometer fraudes a tu nombre. Esta estafa es especialmente peligrosa porque no requiere conocimientos técnicos por parte del usuario.
En unos pocos segundos y sin levantar sospechas, puedes caer en una trampa que expone tus datos, tu tarjeta y tu seguridad. Además, muchas de estas plataformas falsas están diseñadas con tal nivel de detalle que es difícil notar la diferencia si no prestas mucha atención.
Caer en esta estafa no solo puede significar perder dinero. También implica una violación directa de tu privacidad. Si introduces tus datos personales (nombre, DNI, dirección, correo electrónico, etc.), los delincuentes pueden vender esa información en la dark web o utilizarla para otros fines desconocidos.
En casos más graves, los usuarios han reportado cargos automáticos y suscripciones a servicios desconocidos, transferencias no autorizadas o incluso la apertura de líneas de crédito con sus datos. Es decir: no solo puedes perder dinero, sino también tu identidad.
María Aperador advierte que la mejor forma de detectar un QR fraudulento es rascar ligeramente el código con el dedo. Si notas que hay una pegatina colocada encima del original, probablemente estés ante una estafa. Este sencillo gesto puede salvarte de que te dejen la cuenta en ceros.
Cómo protegerte y evitar caer en la trampa
Para protegerte de estafas cada vez más sofisticadas, como las que están apareciendo en los parquímetros y espacios públicos mediante códigos QR falsos, es fundamental que prestes atención a cada detalle antes de actuar.
Aunque la digitalización ha traído consigo mayor comodidad, también ha abierto nuevas oportunidades para que los ciberdelincuentes operen de forma encubierta. El primer paso es desconfiar de cualquier código que no provenga de una fuente verificada.
Si se trata de un pago en la vía pública o en una zona de estacionamiento, utiliza siempre las apps oficiales o accede al sitio desde la web del ayuntamiento o del operador correspondiente, en lugar de depender de enlaces proporcionados en carteles o adhesivos que puedan haber sido manipulados.
Presta atención a los pequeños detalles: si el cartel presenta signos de haber sido alterado, si el entorno parece improvisado o si el dominio de la página web a la que accedes no corresponde con el oficial, es mejor detenerse y buscar una alternativa segura.
En muchos casos, las páginas fraudulentas pueden tener ligeras variaciones en la dirección, como errores ortográficos, subdominios engañosos o ausencia de certificados de seguridad, como el protocolo HTTPS.
Además, ten en cuenta que este tipo de estafa no se limita a los parquímetros. El uso malicioso de códigos QR se ha extendido a restaurantes, máquinas expendedoras, entradas de eventos, estaciones de servicio y hasta en correos electrónicos o mensajes SMS.
Todos estos contextos han sido aprovechados por ciberdelincuentes que saben que, al ofrecer una vía rápida y sin contacto para pagar, muchos usuarios no se detienen a verificar la legitimidad del proceso.
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Etiquetas: seguridad, Ciberseguridad
