Los piratas informáticos están siempre al acecho, buscando cualquier resquicio para robar datos personales, acceder a tus dispositivos y controlar tu red WiFi. Lo hacen a través del correo electrónico, de apps con malware o incluso de equipos mal configurados.
Pero ahora, según advierte la experta en ciberseguridad, María Aperador, también pueden hacerlo a través de las bombillas inteligentes que tienes instaladas en casa. Si bien puedan parecer inofensivas, estas bombillas conectadas a Internet se han convertido en un blanco real para los ciberdelincuentes.
Es importante mencionar que debido a que están en constante conexión y la falta de medidas de protección en muchos modelos las convierten en una vía de entrada sencilla, silenciosa, pero sobre todo peligrosa para comprometer todo tu ecosistema.
Cómo pueden atacarte a través de una bombilla
El funcionamiento de estas bombillas se basa, en gran parte, en su conexión a la red WiFi del hogar, pero el problema es que, en muchos casos, la conexión no está protegida con las medidas mínimas de seguridad. Si no cambias las credenciales por defecto, no actualizas su firmware o no las aíslas del resto de tu red, estás dejando una puerta abierta.
Los atacantes aprovechan esas debilidades para escanear toda tu red y, una vez dentro, pueden detectar qué dispositivos tienes conectados, como móviles, portátiles, tablets, cámaras de seguridad, etc. Desde ahí, el siguiente paso es interceptar datos, contraseñas o incluso conocer tus rutinas.
Si una bombilla tiene acceso al router, el hacker puede utilizarla como pasarela para entrar en el resto de tus dispositivos. En otras palabras, el peligro no está en el dispositivo en sí, sino en que se convierte en un eslabón débil dentro de una red mal protegida.
Las bombillas inteligentes suelen ser uno de los primeros dispositivos que se instalan al empezar a domotizar una casa, puesto que se integran fácilmente y son baratas. Justo por eso, muchos usuarios no les prestan la atención que merecen en materia de ciberseguridad.
Parecen inofensivas, pero pueden actuar como espías dentro de tu red si no están bien configuradas. El riesgo es mayor cuando se utilizan modelos de marcas poco conocidas, que a menudo no cifran sus comunicaciones ni actualizan su software. Esto significa que cualquier fallo descubierto puede seguir siendo un riesgo durante meses.
Además, la mayoría de bombillas permanecen encendidas o conectadas permanentemente a internet. Esto ofrece a los atacantes una oportunidad constante para escanear redes e intentar vulnerarlas, especialmente si comparten la misma conexión que el resto de tus dispositivos personales.
Qué puedes hacer para protegerte
La buena noticia es que protegerte no es complicado. En primer lugar, si no es imprescindible que las bombillas estén conectadas a Internet, configúralas en modo local. Muchas funcionan perfectamente a través de Bluetooth o redes internas, sin necesidad de enviar datos fuera de tu red.
Después, asegúrate de que el router de tu casa no utilice la contraseña por defecto. La recomendación de María Aperador es cambiarla por una clave difícil de descifrar, es una medida básica, pero muy efectiva para evitar accesos no autorizados. Lo mismo ocurre con el nombre de la red WiFi, que conviene personalizar.
Y, sobre todo, crea una red WiFi para invitados y conecta ahí todos los dispositivos del hogar inteligente, incluida la iluminación. De esta forma, si un ciberdelincuente logra entrar a través de una bombilla, no podrá llegar directamente al móvil, al portátil o al resto de dispositivos que usas a diario.
Las bombillas inteligentes han llegado para quedarse, sobre todo porque son cómodas, prácticas y, bien configuradas, seguras. Pero su presencia no puede traducirse en despreocupación, ya que no se trata de vivir con miedo, sino de entender que cualquier equipo conectado es una puerta que puede abrirse si no la mantienes segura.
El riesgo no solo es el robo de información personal, contraseñas o datos bancarios; también pueden monitorizar los hábitos de todos los que habitan en tu casa, detectar cuándo la vivienda está vacía y, en algunos casos, preparar ataques más sofisticados contra otros aparatos conectados.
Una casa inteligente debes protegerla, y para hacerlo no exige grandes conocimientos técnicos, sino un mínimo de atención a la configuración, al tipo de red que utilizas y a las contraseñas que eliges. Si lo haces bien, disfrutarás de todas las ventajas de la domótica sin exponerte a los riesgos de una red mal protegida.
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Etiquetas: seguridad