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Las Converse All Star han trascendido su origen deportivo para convertirse en un icono del calzado urbano. Su diseño atemporal, con lona resistente y puntera de goma blanca, ha calado en múltiples generaciones que las han adoptado tanto en estilismos informales como en contextos más creativos. Estas zapatillas, nacidas para el baloncesto, se han consolidado como un básico de armario gracias a su versatilidad y carácter.
Desde los años 20 del siglo pasado hasta hoy, las zapatillas Converse han sabido adaptarse a las corrientes culturales, conquistando desde las canchas hasta los escenarios musicales. Sin embargo, hay un elemento de su diseño que a menudo pasa desapercibido: los pequeños agujeros situados en los laterales de cada zapatilla. Aunque muchas personas los consideran un simple detalle estético, su presencia tiene una utilidad práctica concreta.
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Carmen Macías
Estos orificios laterales no son meramente decorativos. En realidad, cumplen dos funciones esenciales. Por un lado, proporcionan ventilación, permitiendo que el aire fluya hacia el interior del calzado para que no huelan mal y mantengamos los pies más frescos y secos. Por otro, están diseñados para permitir variaciones en el atado de los cordones, ofreciendo así la posibilidad de ajustar el calzado de manera personalizada y creativa.
La historia centenaria de un icono
La compañía fue fundada en 1908 por Marquis Mills bajo el nombre de Converse Rubber Shoe Company, centrada inicialmente en calzado con suela de goma. Fue en 1921 cuando la marca experimentó un punto de inflexión con la incorporación de Chuck Taylor, quien sugirió la creación de una zapatilla específicamente orientada al baloncesto. A cambio, él mismo se convertiría en su promotor y vendedor.
Su papel fue determinante. Taylor no solo promovió las zapatillas a nivel nacional, sino que su nombre acabó estampado en el logotipo, consolidando las Chuck Taylor All Star como un emblema. Durante décadas, fueron las preferidas por jugadores de baloncesto, y más adelante, por figuras clave del panorama musical y cultural.
En las décadas de los 80 y 90, las Converse se convirtieron en el calzado predilecto de artistas como Kurt Cobain, Wiz Khalifa, Sex Pistols o The Rolling Stones, consolidando su lugar en el imaginario colectivo como símbolo de rebeldía y autenticidad. Este fenómeno cultural reforzó aún más su presencia fuera del deporte.
En 2009, la marca se adentró en el mundo del skate con el programa CONS, dando protagonismo a modelos como las One Star. Estas zapatillas se adaptaron perfectamente a la escena del patinaje por su suela resistente y su diseño funcional. Además, con embajadores como Louie Lopez y Kenny Anderson, la marca logró posicionarse como referencia en este ámbito.
