Desde su fundación en 2012, Coinbase, exchange estadounidense de criptoactivos, ha transformado su imagen de ser percibido como un «casino de criptomonedas» —un término que alude a la especulación desenfrenada en los primeros días de los activos digitales— a convertirse en un pilar fundamental de la infraestructura financiera para esta industria.
Según el analista James Foord, la empresa lidera el mercado gracias a su escala, reputación y capacidad para adaptarse a un entorno regulatorio y tecnológico en rápida evolución.
Con el auge de las stablecoins, la tokenización de activos y recientes avances legislativos, Coinbase se posiciona como una potencia financiera con un potencial aún sin explotar, señal el especialista.
De la especulación al establecimiento
El término «casino de criptomonedas» refleja la percepción inicial del mercado de las criptomonedas como un espacio volátil, dominado por especuladores que apostaban por alzas rápidas de precios en activos como bitcoin (BTC), sin una regulación clara ni una infraestructura sólida.
En sus inicios, Coinbase era principalmente una plataforma para comprar y vender criptomonedas, atrayendo a inversores atraídos por la fiebre del oro digital. Sin embargo, la empresa ha evolucionado hacia un modelo integral que ofrece servicios de custodia, procesamiento de pagos y cumplimiento normativo, consolidándose como una institución confiable en un sector antes considerado riesgoso e inmaduro.
Esta transición se debe a varios factores. Coinbase cotiza en bolsa, se somete a auditorías regulares y cumple con normativas AML/KYC. AML (Anti-Lavado de Dinero) implica medidas para prevenir el uso de criptomonedas en actividades ilícitas, mientras que KYC (Conoce a Tu Cliente) requiere verificar la identidad de los usuarios para garantizar transacciones seguras.
Estas prácticas han fortalecido su reputación, atrayendo a socios institucionales y reguladores, y posicionándola como una infraestructura clave para el ecosistema financiero digital.
Crecimiento impulsado por la regulación
La aprobación de la Ley GENIUS en el Senado estadounidense, que ahora tendrá que enfrentar una votación clave en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, marca un hito para las stablecoins, criptomonedas vinculadas al precio de monedas fíat como el dólar.
Esta legislación limita la emisión de stablecoins a instituciones de depósito aseguradas o emisores con licencias federales o estatales, quienes deben cumplir con estrictos requisitos de reservas, auditorías anuales y procedimientos para garantizar conversiones rápidas a efectivo.
Coinbase, que procesa un alto volumen de transacciones en stablecoins, se beneficia directamente. La empresa recibe el 50% de los ingresos de Circle, emisora de USDC, y el 100% de los ingresos por USDC almacenados en su plataforma.
Además, Coinbase obtuvo la licencia MiCA de la Comisión de Supervisión del Sector Financiero de Luxemburgo, lo que le permite operar en los 27 países de la Unión Europea. Esta autorización optimiza sus operaciones en mercados como España y Alemania, facilitando una expansión más fluida.
Estos desarrollos han impulsado las acciones de Coinbase (COIN) un 30% en el último mes, acercándolas a sus máximos históricos.
Las stablecoins son un motor de transformación
Las stablecoins están redefiniendo el acceso al sistema financiero global, dice Foord. Representan el 1% de la oferta monetaria y las transacciones cambiarias de Estados Unidos, pero podrían alcanzar el 10% en los próximos años.
El analista estima que, en una década, USDC podría superar el billón de dólares en circulación, generando hasta 26.000 millones en ingresos por intereses para Coinbase.
Estas criptomonedas permiten transacciones rápidas y de bajo costo, brindando a millones de personas acceso al dólar estadounidense. Coinbase capitaliza esta tendencia mediante alianzas estratégicas. Su acuerdo con Shopify integra stablecoins en su plataforma de pagos, mientras que una colaboración con American Express lanzó la primera tarjeta de crédito de la compañía.
La semana pasada, CriptoNoticias reportó que las stablecoins representan una amenaza significativa para el modelo de negocio de Mastercard. Esto es debido a que este tipo de criptomonedas permiten a los comerciantes reducir costos, eliminando hasta un 3% en comisiones por transacción en lugar de procesadores como Mastercard.
Tokenización: un mercado de billones
Coinbase también explora la tokenización de activos del mundo real (RWA), con acciones, un mercado proyectado en 47 billones de dólares para 2030.
Este enfoque permite convertir activos tradicionales en tokens digitales, facilitando su comercio en las redes de criptomonedas. Al hacerlo, Coinbase se posiciona como una infraestructura clave no solo para criptomonedas, sino para el futuro de los servicios financieros.
“Esto no es un casino de criptomonedas. Se está convirtiendo en la infraestructura para activos digitales y mucho más”, asegura Foord.
La empresa refuerza su liderazgo como el mayor validador de Ethereum, uno de los principales custodios de criptomonedas y procesador de más del 70% del volumen de USDC. Su cumplimiento normativo y su relación directa con reguladores estadounidenses y europeos la convierten en un socio atractivo para proyectos relacionados con criptomonedas, desde startups hasta grandes corporaciones.
Riesgos de invertir en Coinbase
A pesar de su crecimiento, Coinbase enfrenta desafíos. La volatilidad del mercado de criptomonedas y su dependencia de tarifas comerciales representan riesgos para sus ingresos.
Los competidores podrían ganar terreno, y tasas de interés más bajas podrían reducir las ganancias de las stablecoins. Además, la tokenización enfrenta obstáculos regulatorios significativos.
A pesar de los riesgos, el potencial de Coinbase es innegable, asegura Foord. Su evolución de un exchange especulativo a una infraestructura integral para criptomonedas y servicios financieros, impulsada por stablecoins y RWA, podría posicionarla como líder para la próxima década.
Como señala Foord, “Coinbase tiene una ventaja arraigada en el mercado”. Con tecnología, respaldo regulatorio y una visión innovadora, la empresa parece lista para liderar la transformación del sistema financiero global, dejando atrás los días de la especulación para construir un futuro más estable y accesible.
