Si estás leyendo esto es porque sabes perfectamente qué es Canon. No te tenemos que decir que es una de las compañías de cámaras y ópticas más legendaria que sigue reinventándose con modelos para todo tipo de usuarios.
Tienen productos que nada tienen que ver con las cámaras, como las impresoras, pero está claro que si por algo es conocida la compañía japonesa es por estas cámaras y, ahora, analizamos una de las más curiosas que ha lanzado la compañía estos últimos años.
Y es que, vamos con la review de la Canon PowerShot PX, una cámara diminuta que parece una cámara de vigilancia como la de Xiaomi que analizamos hace unas semanas, pero que realmente es tu propio fotógrafo autónomo e “inteligente”.
| Canon PowerShot PX | |
|---|---|
| Sensor | |
| Optica | Focal de 19 a 57 mm equivalente | 3x óptico y 4x digital |
| Movimiento | Rotación 170º a la derecha y 170º a la izquierda | Inclinación de 20º hacia abajo y 90º hacia arriba |
| Conectividad | Wifi a 2,4 GHz | Bluetooth 4.1 |
| Almacenamiento | App del móvil | microSD |
| Batería | Carga por USB-C | Autonomía de hasta 5 horas |
| Dimensiones y peso | 56,4 x 81,9 mm | 170 gramos |
Apartados del análisis de la Canon PowerShot PX:
Tremendamente portátil y con un cabezal que gira casi 360º
A nivel de diseño no hay demasiado que comentar porque, básicamente, salta a la vista y esta PowerShot PX no se esconde nada.
Eso sí, es un dispositivo algo extraño porque quien la ha visto por casa siempre me pregunta que si es una cámara de vigilancia. Y bueno, se podría llegar a utilizar como tal, pero cuesta unos 408 euros en la tienda de Canon ahora mismo y hay opciones mejores para este fin (y mucho más baratas).
Cuando digo que no es una cámara de vigilancia y explico el concepto, la verdad es que les choca un poco porque, realmente, es bastante innovador y hasta de nicho, pero los resultados son buenos.
Eso lo veremos más adelante, ya que ahora vamos a seguir con el diseño. Por un lado está la base donde tenemos la ranura para la microSD, los botones de encendido y conexión wifi al móvil… y el puerto USB-C.
Tanto la ranura de la microSD como del USB están protegidos con una tapita que no parece de mala calidad y que, realmente, tendrás que quitar pocas veces porque la tarjeta no es necesario que la toques y la carga dura bastante.
En esa zona inferior tenemos el nombre de Canon y un LED rojo que nos indica algunas acciones, pero la “magia” sucede en la parte inferior.
Esta es la que rota casi 360º y ahí tenemos los micrófonos, un sistema de sonido por alertas para que sepamos qué hace la cámara (por ejemplo un silbido cuando quiere llamar la atención, el sonido de un obturador cuando nos hace una foto de manera automática, etc) yla cúpula de la lente.
Esta lente puede subir y bajar, por lo que el recorrido en los dos ejes es bastante completo y, además, está protegido por un plástico.
Puedes llevar la cámara de excursión sin problema para que haga fotos en la piscina o en una merienda de amigos al aire libre y lo cierto es que, por tamaño y esa capacidad para “moverse”, me parece muy interesante.
Lo que echo de menos, lo único que echo de menos, es una base imantada como la que teníamos en la DJI Action 2. De esta forma podríamos colocar de manera más segura la cámara en ciertas superficies, pero lo que sí tenemos es una rosca tradicional para colocarlo en un trípode, en un gorillapod o algo así.
Enciende, busca la ubicación y deja que la cámara haga lo suyo
Lo bueno de que sea tan compacta es que, básicamente, cuando la colocas te olvidas de que está ahí. De vez en cuando hace sus ruiditos y te acuerdas, pero pasa muy desapercibida. Esto, si estás montando un LEGO, por ejemplo, con el peque de la casa, este va a estar más pendiente del LEGO que de la cámara. O debería.
Como la lente puede subir y bajar 110º y el giro es de 340º, el logo de Canon debe estar apuntando al frente para maximizar la cobertura y la cámara puede estar en una estantería, pero si tiene cuatro repisas, creo que lo más apropiado es no ponerla en las superiores.
Que sí, que seguramente te cubra debido a su inclinación y al angular, pero la toma será más natural cuanto más “a tu altura” esté la camarita.
Y antes de pasar al uso práctico, vamos a quitarnos de encima las cosas técnicas. El sensor es CMOS y bastante pequeñito, de 1/2,3″ con 12,8 Mpx. Cuenta con un procesador DIGIC 7 y una distancia focal equivalente a un 19-57 mm. Esto se traduce en un 3x de zoom óptico, aunque podemos ir algo más lejos con el zoom digital.
Enfoca a una distancia mínima de 20 centímetros y puede grabar vídeo a FullHD 59,94 fps en formato .mp4. Son cositas técnicas que tenemos que decir, pero sinceramente, creo que en este concepto no es tan importante esto… como el funcionamiento.
Cuando enciendes la cámara, debes mantener pulsado el botón del wifi para conectar la cámara con tu móvil gracias a la aplicación “Connect app fot Mini PTZ Cam”. El nombre de la app es terrible porque o lo sabes… o no lo encuentras.
Es una app que está disponible tanto para iPhone como para Android y yo lo he estado probando en un iPhone 13 Pro Max con una muy buena respuesta.
Desde esta aplicación puedes ver y descargar tanto las fotos como el vídeo que la cámara guarda de manera interna (evidentemente, también puedes coger la tarjeta y conectarla a un PC, pero ya digo que todo lo puedes hacer desde el móvil).
Además, puedes configurar la cámara para poder usarla con algunos comandos de voz (“Hola Pixie, haz una foto)” y, también, de manera manual. Puedes tener siempre el móvil a mano para hacer fotos y vídeos de manera manual, pero al final lo interesante es que la cámara trabaje solita.
Tiene reconocimiento facial, por lo que va siguiendo a los sujetos y, de vez en cuando gracias a algoritmos y a lo que ella considera, va haciendo fotos de manera automática. Todas ellas las guarda en el carrete, pero la app tiene una opción en la que, automáticamente, se seleccionan las mejores.
Durante mis días de prueba ha hecho un montón de fotos y, al final, son para momentos íntimos, pero he preparado una muestra en diferentes situaciones para que puedas ver cómo se comporta.
Son las imágenes y vídeos que has podido ver sobre estas líneas y, si quieres mi opinión, está claro que es un sensor pequeño y que el angular, muchas veces, puede no favorecer, pero estamos hablando de una cámara para un uso muy concreto y hace que tengas recuerdos en los que, normalmente, no estás con la cámara.
Por ejemplo, montando un LEGO, jugando con los animales en casa o ese tipo de cositas en los que estás más pendiente de pasarlo bien que de andar con la cámara.
Un producto tan interesante como enfocado a un pequeñísimo grupo de usuarios
Y, precisamente, por eso me ha gustado esta cámara, ya que si eres el eterno fotógrafo de la familia o el grupo de amigos, por fin puedes salir en la foto porque es Pixie la que hace las fotos por ti.
Me gusta mucho el concepto, las características técnicas son las que tienen que ser teniendo en cuenta el tamaño de todo, pero está claro que la calidad de imagen no es la mejor debido al tamaño del sensor.
Y, claro, luego está el precio, ya que es bastante alto y, creo, es lo que va a hacer que este producto sea de nicho. Y sí, me ha gustado, pero realmente no me lo compraría porque, vale, ahora salgo en las fotos, pero me quita ese placer de hacer las propias fotos y, además, está la limitación del movimiento.
Canon PowerShot PX
¿Sabes qué molaría mucho y sí me compraría sin dudarlo? Este mismo concepto, pero en formato dron.
Sé que es muy complicado, ya que para que sea pequeño sacrificas la autonomía y un dron aguanta lo que aguanta (poquito), pero sería superinteresante tener un dispositivo así orbitando en una salida al campo, a la piscina o por el salón de casa mientras te hace fotos.
