Una suscripción es una esclavitud. Eres esclavo de la empresa, que sube los precios a su antojo cada 6 meses, como pasa con el streaming televisivo, o quita y añade funcionalidades sin preguntar. Se está comenzando a imponer en algunas marcas, el cobro de un extra por usar productos de segunda mano.
Es el caso de Peloton, una compañía que comercializa artículos de fitness, principalmente bicicletas estáticas con pantalla, asociadas a cursos de entrenamiento online. Y de Happiest Baby, que vende cunas inteligentes que se controlan mediante una app.
Sus productos no son nada baratos: esas bicis y cunas cuestan más de 1.500 euros, pero aun así requieren suscripciones, y tienes que pagar más si has comprado el producto de segunda mano.
El pago extra por utilizar productos de segunda mano
Peloton requiere una suscripción de unos 30 euros al mes para acceder a sus cursos y programas de entrenamiento asociados a sus bicicletas estáticas.
Desde hace unos días, añade una “tasa de activación” de unos 100 euros, a quienes no hayan comprado la bici en un establecimiento autorizado. Es decir, la use de segunda mano.
Peloton creció mucho durante la pandemia, pero en los dos últimos años ha sufrido pérdidas. El pasado mayo despidió a 400 trabajadores.
Algo similar hace Happiest Baby, una empresa que comercializa la cuna o moisés inteligente Snoo, que cuesta 1.700 dólares.
Esta cuna registra los movimientos del bebé y se mueve a más o menos velocidad, para que se duerma, o no se despierte. Incluso tiene un modo que simula el movimiento de un coche, para que no tengas que montarlo en tu propio coche hasta que se duerma, como hacen muchos padres.
Happiest Baby ha instaurado una suscripción de 20 dólares al mes en donde incluye funciones básicas de este moisés inteligente, como el mencionado Modo coche, o el ajuste del movimiento al registro de sueño del bebé.
Esta suscripción es gratis durante 9 meses para quienes compren Snoo en un establecimiento autorizado. Es justo el tiempo que pasa un bebé en este tipo de cunas, así que a los compradores del producto nuevo, les sale gratis. Quienes lo usen de segunda mano, tendrán que pagar la suscripción. Nueve meses supone 180 dólares.
Si no la pagas, pierdes las funciones más importantes de esta cuna inteligente, con lo que pierde toda su utilidad, pese a costar un riñón.
Los productos de segunda mano permiten ahorrar, y reducen la basura electrónica. Pero a algunas empresas no les gusta que los uses, y han comenzado a cobra un extra. No parece la mejor solución para ganar clientes, o tenerlos contentos.
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Etiquetas: suscripción, Industria, Segunda mano