La mañana del jueves, las autoridades en Long Island se vieron obligadas a intervenir en respuesta a una amenaza de bomba que tenía como blanco la residencia del Juez Arthur Engoron. Este magistrado desempeña un papel crucial en el caso de fraude civil que involucra al expresidente Donald Trump, según reveló una fuente cercana a la situación.
La amenaza surgió justo horas antes de que se programaran los argumentos finales del juicio, una etapa crucial que se espera continúe a pesar de este incidente.
Escenario Explosivo
Un equipo especializado en explosivos del condado de Nassau fue desplegado en la residencia de Engoron para llevar a cabo una exhaustiva investigación el jueves por la mañana. La presencia del juez en su hogar durante el incidente aún no está confirmada.
El día anterior, se registró un tenso intercambio de correos electrónicos entre Engoron y el abogado de Trump, Chris Kise, en relación con la posibilidad de que Trump pudiera intervenir en los argumentos finales. Finalmente, Engoron denegó la solicitud.
Obstáculos y Protestas
La presunta amenaza de bomba generó demoras en el acceso de periodistas y abogados al tribunal, donde se están llevando a cabo los argumentos finales. Fuera de la sede judicial, manifestantes coreaban consignas detrás de una pancarta que proclamaba “No a Dictadores en EE. UU.”, interrumpiendo brevemente el tráfico antes de ser dispersados por las fuerzas del orden.
Trump había expresado su deseo de participar en parte de los argumentos finales, pero Engoron rechazó la solicitud el día anterior, desencadenando un tenso intercambio de correos electrónicos con los abogados de Trump. El expresidente se había negado a comprometerse a discutir exclusivamente los hechos del caso, sin realizar ataques personales.
“No le estás permitiendo al presidente Trump hablar sobre cosas que deben ser mencionadas”, protestó el abogado de Trump, Kise, en un correo electrónico a Engoron.
Ante la negativa de Kise a aceptar los términos, Engoron respondió con firmeza: “Tómalo o déjalo. Ahora o nunca”, otorgando a Kise siete minutos para aceptar sus condiciones. La falta de respuesta llevó a Engoron a declarar que Trump no sería testigo en el juicio.
A pesar de esta decisión, se espera la presencia de Trump en la sala de Engoron durante los argumentos finales este jueves. En declaraciones previas a un evento en Iowa el miércoles por la noche, Trump afirmó sentirse “obligado” a regresar a Nueva York para los argumentos finales, aunque no tenga la obligación legal de asistir.
Un Juicio bajo Presión
Engoron está al frente de un juicio sin jurado relacionado con la demanda de $370 millones presentada por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, contra Trump y la Organización Trump, así como altos ejecutivos como Eric Trump y Donald Trump Jr. Este caso fue iniciado en 2022 después de una extensa investigación sobre las prácticas comerciales del expresidente. Dada la ausencia de un jurado, Engoron emitirá el fallo y, en su caso, la pena correspondiente.
Tanto Engoron como James han sido blanco de ataques por parte de Trump y sus partidarios. En octubre, el juez emitió una orden de restricción parcial contra Trump después de que hiciera comentarios despectivos sobre la secretaria legal de Engoron en redes sociales y medios de comunicación. El expresidente fue multado dos veces por violar la orden, la cual fue ampliada en noviembre para incluir también a los abogados de Trump.
Batallas Legales y Acusaciones
Trump apeló la orden de restricción argumentando su inconstitucionalidad. Sin embargo, un tribunal de apelaciones estatal la reinstauró, justificando su necesidad debido a la “avalancha” de amenazas dirigidas a la secretaria después de los ataques de Trump en redes sociales.
El mismo tribunal de apelaciones ratificó la orden de restricción un día después de concluidos los testimonios en el juicio el mes pasado. Argumentaron que los abogados de Trump habían presentado incorrectamente una demanda contra Engoron en lugar de seguir el procedimiento de apelación habitual.
En la demanda presentada por James, se acusa a Trump de cometer fraude al sobrevalorar sus activos y propiedades en documentos financieros durante más de una década. A pesar de las acusaciones, Trump ha negado cualquier irregularidad, sosteniendo que el valor real de sus propiedades era mayor de lo reflejado en los estados financieros. Además, ha insistido en que esta demanda forma parte de un intento de interferir con su posible campaña presidencial en 2024, donde sigue siendo el favorito para las primarias del GOP.
Después del primer día del juicio por fraude civil en octubre, Trump expresó su disgusto, argumentando que este era un “juicio amañado e injusto” y calificándolo como “interferencia en las elecciones”. Estas declaraciones han marcado la narrativa que rodea a este juicio, que parece estar lleno de giros inesperados y tensiones crecientes.