Los Neandertales vivieron en Europa durante más de 200.000 años, en climas y terrenos muy diferentes, así que sin duda seguían una dieta variada, y adaptaban su alimentación a las circunstancias.
¿Cómo cocinaban los Neandertales? En el caso de las aves… ¿Las despiezaban o las comían enteras? ¿Las cocinaban, o se las comían crudas? Arqueólogos españoles del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, encabezado por la doctora Mariana Nabais, ha intentado averiguarlo.
El estudio aparece publicado en Frontiers in Environmental Archaeology, y ofrece algunos descubrimientos interesantes.
Así cocinaban los Neandertales
Junto a los restos de Neandertales, a veces se han encontrado huesos de animales. Algunos de ellos tienen marcas realizadas con lascas de sílex, es decir, piedras que afilaban hasta ser tan cortantes como un cuchillo.
Realizando análisis forenses de su trazo, dirección y profundidad, se ha descubierto un león que fue atravesado con una lanza, y otro que fue descuartizado.
Pero solo con marcas en los huesos, es difícil saber cómo cocinaban los Neandertales. Así que los científicos del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social han decidido ponerse manos a la obra, y cocinar ellos mismos aves con los métodos que usaban los Neandertales.

Mariana Nabais
Trajeron de Portugal aves congeladas que murieron en desastres naturales. Especies que existían en el Paleolítico, como la corneja negra, paloma torcaz y tórtola turca. Los cinco especímenes fueron desplumados, ya que las plumas no son comestibles.
Dos se descuartizaron sin cocinar, utilizando una réplica de lasca de sílex. Las técnicas empleadas se basaron en pruebas arqueológicas y datos etnográficos.
A continuación, limpiaron y secaron los huesos y los examinaron al microscopio en busca de marcas de cortes, fracturas y quemaduras. También analizaron la lasca de sílex en busca de desgaste revelador y hallaron pequeñas cicatrices en el borde en forma de media luna.
Las otras tres aves las cocinaron sobre una hoguera, y también examinaron sus huesos, ya que es lo único que se conserva en los fósiles. Estos huesos se ennegrecían por dentro y se fracturaban con gran facilidad.
El estudio ha obtenido datos interesantes: ejemplos de cortes con lascas de sílex en los huesos, y en la propia herramienta, cuando se despieza un ave. También distintas características en los huesos, según estén o no cocinados.
El sílex resultó ser una herramienta peligrosa con la carne de ave, ya que la corta como la mantequilla. Tuvieron que tener mucho cuidado con los dedos. No sería extraño encontrar algún fósil de Neandertal con 8 o 9 dedos…
La idea es usar este estudio como una “plantilla” para que los arqueólogos puedan comparar estos resultados con los análisis de fósiles, e intentar averiguar si se trata de huesos cocinados por los Neandertales, o simples animales muertos.
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