Así vivió un matrimonio en Disneyland durante más de una década sin que los visitantes lo notaran

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Vivir en Disneyland es, para muchos, un anhelo casi mágico. La idea de despertar cada día rodeado de castillos, personajes de cuentos y desfiles de fantasía parece sacada de un sueño. Pasear por sus calles vacías al anochecer o ver el amanecer tras Main Street U.S.A. suena a un privilegio reservado a los protagonistas de un cuento de hadas. Sin embargo, lo que pocos imaginan es que hubo una pareja que trasladó su hogar al parque temático más famoso del mundo durante más de una década.

Owen y Dolly Pope vivieron durante quince años en el interior de Disneyland sin que los miles de visitantes que recorrían el parque cada día supieran de su presencia. Esta singular historia comenzó en 1951, cuando Walt Disney los contrató para encargarse del cuidado de los animales que formarían parte de su ambicioso proyecto en Anaheim, California.

Por qué el matrimonio se mudó a Disneyland

El vínculo entre la pareja y la compañía empezó tras una recomendación del imagineer Harper Goff, quien presenció una exhibición ecuestre de los Pope y sugirió a Disney conocerlos personalmente. La conexión fue inmediata, y poco después se mudaron a los estudios Walt Disney en Burbank para ocuparse de los establos que albergaban caballos y ponis.

Con el estreno del parque a la vuelta de la esquina, Disney les ofreció instalarse dentro de las instalaciones para cuidar a los animales de forma permanente. Eligieron una casa prefabricada conocida como Witherill Bungalow, un rancho de 176 metros cuadrados, ubicado junto a la Granja de Ponis, en una zona trasera de Frontierland. Tres días antes de la inauguración, los Pope ya residían en su nuevo hogar dentro del parque.

Aunque miles de personas pasaban cerca de su residencia cada día, nadie sabía que la casa estaba habitada. Su labor era esencial para el funcionamiento de Disneyland: no solo cuidaban de los caballos, sino que también diseñaban y fabricaban arneses y monturas a medida para los animales que protagonizaban atracciones como Conestoga Wagons. Según el Disney Parks Blog, “Walt les visitaba todos los días para charlar sobre caballos y sus planes para Disneyland, y Roy Disney también les visitaba para hablar de lo que la gente hacía en las ferias y qué tipos de espectáculos disfrutaban allí”.

En 1971, los Pope se trasladaron a Florida para colaborar en la apertura de Walt Disney World, donde continuaron con sus tareas en el Rancho Tri-Circle-D. Mientras tanto, su antigua vivienda californiana pasó a utilizarse como oficina por los empleados del Circle D Corral, una zona restringida del parque destinada al cuidado animal. En septiembre de 1975, Dolly Pope fue la primera trabajadora del parque en jubilarse, seguida un mes después por Owen Pope. El legado de ambos aún perdura. Según SFGate, una vidriera en Main Street U.S.A., en el parque Magic Kingdom, rinde homenaje a Owen con la inscripción: “Owen Pope – Fabricante de arneses. Piensos y grano. Suministros. Artículos de cuero. Especialidad en sillas de montar”.

La vivienda que fue su hogar durante más de una década se convirtió en el edificio más antiguo del parque. En 2016, el diario The Orange County Register informó de su traslado a un aparcamiento en Ball Road, fuera del área temática, como parte de las obras de construcción de la zona Star Wars: Galaxy’s Edge.

Actualmente, la Casa Pope está incluida en el informe ambiental de DisneylandForward como una estructura históricamente significativa. Su relevancia ha sido reconocida por el Registro de Lugares Históricos de California, que protege espacios relevantes por su valor arquitectónico, histórico y cultural.