China quiere dejar de ser la fábrica del mundo, para ello ha trabajado en secreto en el plan STEM durante décadas, siglas traducidas al español como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. El país asiático se ha adelantado a la carrera de la IA.
Todo comenzó en la era “post-mao”. Deng Xiaoping llegó al poder e inició una enorme reforma. La educación sería su prioridad centrándose en la ciencia y la tecnología, aseguraba que serían las fuerzas productivas unas décadas después.
Los ingenieros estudian en China y se doctoran en Estados Unidos
El plan siguió adelante en la década de los 80. El sistema educativo se había transformado y los estudiantes chinos empiezan a destacar en áreas como ingeniería, física, química y matemáticas, muchos de ellos viajaban luego a países occidentales para seguir con sus estudios.
Este fenómeno se conoció como “hai gui” (tortugas marinas en español). Los estudiantes devolvían el conocimiento a las universidades de China, y poco a poco empezaban a escalar en el ranking de las mejores del mundo.
La Universidad de Tshinghua, una desconocida fuera de China, era la más influyente en número de estudios científicos citados entre 2013 y 2016. Le siguen de cerca prestigiosas instituciones de Estados Unidos como la Universidad de Stanford o el MIT.
El plan STEM estaba funcionando, así que China decidió elevar aún más el gasto en educación. El país asiático tiene nada menos que 3,57 millones de graduados universitarios en ciencias y tecnología al año.
Estados Unidos apenas tiene 820.000 estudiantes, unos datos cuatro veces inferiores. De esas cifras, el 20% de todos los graduados extranjeros son estudiantes chinos que completan sus estudios en el país.
Hasta 100.000 dólares por publicar un estudio en China
Esta estrategia ha ido más allá: China no duda en utilizar todo tipo de incentivos para animar a sus estudiantes a publicar estudios importantes que traspasen sus fronteras. Si la investigación es de alta calidad y se publica en instituciones occidentales, pueden llegar a ingresar 100.000 dólares.
Esto es posible gracias a un gasto en educación que no ha bajado del 4% de su PIB en los últimos 20 años. China ha ido más allá ahora con la llegada de la inteligencia artificial con un aumento del gasto presupuestario de 2,2 billones de yuanes a 4,85 billones de yuanes (591.187 millones de euros) entre 2012 y 2022.
La inteligencia artificial ha llegado a las aulas con el conocido como Project 211 que pretende “preparar aproximadamente 100 universidades para el siglo XXI”. En 2016 llegó el “Double First-Class Construction” bajo Xi Jinping, actual presidente, que impulsó aún más las certificaciones técnicas de las universidades chinas.
El plan de China ha empezado a dar sus frutos, el país ha creado superestrellas de IA como Shengjia Zhao, Hongyu Ren, Jiahui Yu y Shuchao Bi. Los co-creadores de ChatGPT y modelos como GPT-4o y o4-mini son una pieza fundamental de Meta. Mark Zuckerberg ha conseguido robarlos a OpenAI con sueldos estratosféricos para su división de “superinteligencia” liderada por Alexandr Wang.
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Etiquetas: Inteligencia artificial, Estados Unidos, china