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En 2018 se descubrieron fragmentos negros y brillantes incrustados en el cerebro de un hombre que murió durante la erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo.
Un grupo de científicos italianos sugirió cuál fue el proceso que transformó en vidrio los fragmentos del cerebro de un hombre que murió en la devastadora erupción del monte Vesubio en el año 79, informa la editorial académica Springer.
El arqueólogo Amedeo Maiuri encontró en 1961 un esqueleto en una pequeña sala del Colegio de los Augustales, un edificio público erigido en la antigua ciudad de Herculano, en el sur de Italia, para rendir culto al emperador romano Augusto. El cuerpo yacía boca abajo sobre los restos carbonizados de una cama de madera.
En 2018, se descubrieron fragmentos negros y brillantes incrustados en el cerebro del hombre. Se especuló que el calor de la erupción del Vesubio fue tan intenso que provocó que su tejido cerebral se fundiera y se convirtiera en vidrio.

Los tejidos orgánicos suelen conservarse como vidrio mediante procesos de vitrificación a temperaturas muy bajas (criopreservación), volviendo a su estado original tras calentarse a temperatura ambiente. En consecuencia, sería imposible hallar vidrio orgánico insertado en depósitos volcánicos que hayan alcanzado altas temperaturas.
¿Cómo se convirtió en vidrio?
Según un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports, análisis de rayos X y microscopia electrónica indicaron que, para que el cerebro se transformara en vidrio, primero tuvo que calentarse a altas temperaturas antes de enfriarse rápidamente.
Los científicos propusieron el siguiente escenario para describir la muerte del hombre y explicar cómo se vitrificó su cerebro: una nube de cenizas extremadamente caliente provocó la muerte de la persona, lo que ocasionó que su cerebro se calentara a una temperatura por encima de los 510 grados centígrados. En cuestión de minutos, la nube de cenizas se disipó y la temperatura descendió velozmente, lo que permitió que el órgano se enfriara y se vitrificara.
Los expertos detallaron que el cerebro del hombre no se desintegró por completo por el calor extremo debido a que, posiblemente, los huesos del cráneo y la columna vertebral lo protegieron. “Este hallazgo único implica procesos únicos”, recalcó Guido Giordano, vulcanólogo de la Universidad Roma Tre.
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