Panorama Nacional – Criadores porcinos de El Pino, Dajabón, expresaron su preocupación ante la aparición de una rara enfermedad que ha causado la muerte de cientos de cerdos en distintas comunidades del municipio.
Los afectados señalan que sus pérdidas económicas han sido cuantiosas y que, hasta el momento, desconocen la naturaleza de la enfermedad y su forma de propagación. Sin embargo, debido a los síntomas observados en los animales, sospechan que podría tratarse nuevamente de fiebre porcina.
«Los cerdos se ponen tristes, dejan de comer, los inyectamos y los medicamentos no les hacen efecto. Vomitan sangre y terminan muriendo», relató Delbi de Jesús Rosario, quien ha perdido unos 38 cerdos, lo que representa más de 300 mil pesos en pérdidas. Pidió a las autoridades que intervengan de inmediato.
Por su parte, Yillo Pérez, otro criador de la zona, afirmó que la crisis le ha afectado emocionalmente y que sus pérdidas ascienden a 200 mil pesos.
Otros productores entrevistados expresaron preocupación por el impacto en su economía, ya que la crianza de cerdos es su principal sustento. Han buscado alternativas para contener la enfermedad, pero temen que continúe afectando su producción.
El encargado provincial del Ministerio de Agricultura, Ing. Juan Ernesto Fernández, declaró que comparte la preocupación de los criadores y que ha enviado un médico veterinario a la zona para evaluar la situación.
Cabe recordar que en 2021 la producción porcina de esta región fue afectada por la Fiebre Porcina Africana (FPA), lo que llevó a la implementación de medidas sanitarias para controlar la enfermedad.
El primer brote de fiebre porcina en República Dominicana se registró en 1978 y tuvo un impacto devastador en la crianza porcina. En ese entonces, el gobierno sacrificó aproximadamente 1.4 millones de cerdos para erradicar la enfermedad y evitar su propagación en el continente.
La fiebre porcina africana es altamente contagiosa y letal para los cerdos, aunque no representa un riesgo para los humanos. Su aparición en República Dominicana marcó la primera detección de la enfermedad en América.
