El inventor Joseph Gayetty comercializó la primera versión del producto, en 1875. El estadounidense vendía paquetes de 500 hojas de papel con extracto de aloe vera, que habían sido diseñadas con la intención de aliviar el dolor de las hemorroides.
La publicidad del producto, que se distribuía en las farmacias, lo describía como la mayor necesidad de la época. Puede que el mensaje no captara la realidad con precisión, pero tampoco andaba desencaminado: la compañía Scott Paper nació en 1879, y comercializó un producto semejante al que ahora conocemos como papel higiénico, cuya popularidad creció en el siglo XX.
En el XXI, quedarse sin papel higiénico no está en nuestros planes: ya es una necesidad imperiosa.