El sábado en Filadelfia, José Ferrer subió al montículo por los Nacionales en el sexto episodio y con 11 lanzamientos retiró a los tres bateadores que enfrentó, incluyendo ponches a Brandon Marsh y J.T. Realmuto.
Fue una entrada de trámites para los 42,784 asistentes al Citizens Bank Park, que veían a sus Filis ya delante 18-4, pero para la hemeroteca dominicana el debut de este zurdo nacido en Maimón, Monseñor Nouel, marcó un acontecimiento con un simbolismo especial.
Ferrer, firmado en 2017 por un bono de US$80 mil con los Nats, se convirtió en el dominicano 900 que llega a las Grandes Ligas desde que Osvaldo Virgil abriera el camino en 1956.
Una cifra en la que se pusieron de acuerdo un grupo de historiadores del béisbol dominicano, que no deja de ser polémica.
Esta no incluye al derecho Felipe Paulino, nacido en Santo Domingo de madre dominicana y padre venezolano, que emigró con su familia cuando tenía dos años a tierra de Simón Bolívar e hizo su carrera allá, con paso de seis temporadas por el Big Show. Siempre se ha identificado como venezolano.
Pero sí incluye a Hensley Meulens, de madre dominicana y padre curazoleño. El exjardinero nació en Curazao, a quien representó a nivel internacional, es el dirigente del seleccionado holandés, pero jugó como nativo en Lidom con los Toros.
Si bien Paulino se identifica como venezolano, a la nacionalidad dominicana no puede renunciar e incluso asegura que conserva el pasaporte que se sacó para salir del país.
Dominicana sigue requiriendo telescopio para ver a la competencia. Venezuela casi la mitad (466) y siguen Cuba (385), Puerto Rico (302), Canadá (264) y México (146).
De hecho, solo seis estados de la Unión Americana han visto nacer a más jugadores que Quisqueya, según la base de datos de Baseball-Reference; California (2,451), Pensilvania (1,497), Nueva York (1,269), Illinois (1,127), Texas (1,139) y Ohio (1,084).
En las entrañas
De esos 900 jugadores hay 871 que nacieron en suelo dominicano y los otros 29 se reparten entre Estados Unidos (25), Puerto Rico (2), Canadá (1) y Curazao (1), de madre o padre duartiano.
Pasaron 30 años para lograr el primer centenar, pero para el segundo solo transcurrieron nueve, para el tercero y cuarto cinco y en lo adelante el flujo no ha parado de aumentar. Solo tres años ha tomado entre el debut del jugador 800 y el 900.
La mayoría han sido lanzadores (486) a la hora de debutar, seguidos por jardineros (144), torpederos (66), intermedistas (66), antesalistas (50), receptores (41) e inicialistas (16).
La mayoría nació en Santo Domingo (224), San Pedro de Macorís (116), San Cristóbal (86), Santiago (75), Peravia (43), La Romana (30) y el exterior (29). Bahoruco, Pedernales e Independencia se mantienen como las provincias que todavía no han visto nacer al primer bigleaguer.