Google ahora se enfrenta a una demanda tras la reciente actualización de su política de privacidad, que acusa al gigante tecnológico de utilizar indebidamente grandes cantidades de datos, incluido material protegido por derechos de autor, para el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial (IA).
La demanda colectiva fue presentada el 11 de julio por ocho personas que afirman representar a “millones de miembros del grupo” -usuarios de Internet y titulares de derechos de autor- que han visto vulnerados sus derechos de privacidad y propiedad a raíz de las recientes actualizaciones de la política de privacidad de Google.
En su declaración inicial, los demandantes acusan a Google de “recopilar datos en secreto” para crear sus productos de IA sin consentimiento.
“Muy recientemente ha salido a la luz que Google ha estado robando en secreto todo lo creado y compartido en Internet por cientos de millones de estadounidenses”.
Los cambios en la política de privacidad de Google le permiten ahora tomar datos disponibles públicamente para fines de entrenamiento de modelos de IA.
La demanda señala que la decisión de Google no sólo viola derechos, sino que le da una “ventaja injusta” frente a sus competidores, que obtienen o compran legalmente datos para entrenar sus modelos de IA. Ryan Clarkson, del bufete de abogados Clarkson Law Firm, abogado de los demandantes, afirmó en un comunicado que:
“Google debe entender, de una vez por todas: no es dueño de Internet, no es dueño de nuestro trabajo creativo, no es dueño de nuestras expresiones de nuestra persona, fotos de nuestras familias e hijos, o cualquier otra cosa simplemente porque lo compartimos en línea”.
Los demandantes argumentaron que “a disposición del público” no implica ni ha implicado nunca que sea “de uso libre para cualquier fin”.
Según la demanda, Google podría deber más de USD 5,000 millones por daños y perjuicios. También solicita una orden judicial que obligue a Google a obtener primero el permiso explícito de los usuarios.
Esto incluye permitir a los usuarios optar por no participar en su “recopilación ilícita de datos”, junto con la posibilidad de eliminar los datos ya existentes o proporcionar una “compensación justa” a los propietarios de datos.
A principios de esta semana, la autora y comediante Sarah Silverman, junto con otros dos autores, presentó una demanda contra OpenAI, fabricante de ChatGPT, y Meta por utilizar sin permiso obras protegidas por derechos de autor en el entrenamiento de modelos de IA.
Antes de eso, OpenAI fue objeto de otra demanda por presunta extracción de datos.
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