Un equipo de investigadores de distintas partes del mundo (China, Australia, Francia, España y Alemania) ha descubierto recientemente una cultura muy avanzada en Asia oriental, que data de hace más de 45.000 años. El hallazgo es especialmente significativo porque adelanta la migración de los primeros humanos modernos al norte de China, además de proporcionar una información clave para entender el proceso de expansión del Homo sapiens en el continente asiático, según explica Europa Press.
Esta es la conclusión a la que ha llegado el equipo internacional, liderado por la doctora Shixia Yang, profesora del Institute of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology (IVPP), Chinese Academy of Science, y que ha contado con la participación del doctor Andreu Ollé, investigador del Iphes-Cerca, profesor de la Universitat Rovira y Virgili de Tarragona y especialista en tecnología lítica y análisis microscópico del desgaste de las herramientas de piedra. Los resultados de este trabajo se han publicado en la revista Nature Ecology & Evolution.
El yacimiento de Shiyu (situado en la provincia de Shanxi) se descubrió y excavó en 1963. Es un yacimiento que se encuentra al aire libre, con unos 30 metros de depósito sedimentario en el lecho de un río. Durante los primeros trabajos de excavación, los arqueólogos identificaron evidencias de ocupación humana en las capas más profundas.
Durante los primeros trabajos de excavación (en 1963), los arqueólogos identificaron evidencias de ocupación humana en las capas más profundas
Se recuperaron entonces más de 15.000 herramientas de piedra, restos de animales e incluso un fragmento de cráneo de un homínido (Homo sapiens). Años más tarde, parte de este conjunto arqueológico se trasladó al Institute of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology de Beijing. Desgraciadamente, el resto de material que se quedó en dependencias locales, también el fragmento craneal, se perdió.
El equipo actual liderado por la doctora Yang ha revisado el conjunto arqueológico conservado y muestreado el yacimiento para poder datarlo. Lo ha hecho a través de técnicas radiométricas modernas, con la idea de poder precisar su cronología. En este sentido, el equipo investigador ha datado por radiocarbono tres muestras de hueso de animal procedentes de los trabajos de 1963 y con claras marcas antrópicas en su superficie y los resultados han sido sorprendentes: la principal capa cultural de Shiyu tiene una edad comprendida entre los 45.800 y los 43.200 años.
La revisión del material arqueológico también establece datos muy relevantes del tipo de cultura material de que disponían estos primeros pobladores. Según palabras de la profesora Yang, “se trata de un conjunto de Paleolítico superior inicial, que incluye tecnología laminar, pero también puntas Levallois, puntas de proyectil con evidencias de mango y fracturas por impacto, herramientas fabricadas con obsidiana procedente de cientos de kilómetros de distancia, puntas de proyectil hechas con hueso animal, así como un pequeño disco de grafito perforado”.
“Estos primeros humanos modernos tenían una alta capacidad estratégica para suministrarse de recursos a cientos de kilómetros de distancia”
Según la investigadora, “es especialmente relevante el uso de la obsidiana por parte de estos primeros pobladores, puesto que nos está indicando que estos primeros humanos modernos tenían una alta capacidad estratégica para suministrarse de recursos a cientos de kilómetros de distancia y, por tanto, una alta movilidad”.
Por otra parte, los resultados del análisis tafonómico de los restos animales combinados con el análisis de trazas de uso de las herramientas líticas demuestran que los habitantes de Shiyu eran principalmente cazadores de caballos. En este sentido, las puntas de proyectil enmangadas les conferían la capacidad de cazar y procesar selectivamente los ejemplares adultos.
La originalidad del conjunto es la combinación de algunas innovaciones tecnológicas tradicionalmente atribuidas a los humanos modernos y al Paleolítico superior, con otras asociadas a los neandertales, e incluso a culturas anteriores.
En definitiva, el yacimiento de Shiyu refleja un proceso de criollización o hibridación cultural, a través del contacto entre sociedades y pueblos reubicados, por el que rasgos heredados se mezclan con nuevas innovaciones. Esta visión desafía una vez más la explicación unilineal de la expansión global del Homo sapiens, proponiendo un escenario demográfico y evolutivo más complejo.
Un equipo de investigadores de distintas partes del mundo (China, Australia, Francia, España y Alemania) ha descubierto recientemente una cultura muy avanzada en Asia oriental, que data de hace más de 45.000 años. El hallazgo es especialmente significativo porque adelanta la migración de los primeros humanos modernos al norte de China, además de proporcionar una información clave para entender el proceso de expansión del Homo sapiens en el continente asiático, según explica Europa Press.