Todos sabemos que hay ciertas zonas que resultan algo complicadas de limpiar, como, por ejemplo, el interior de los radiadores, pero hay algunas que pasan muy desapercibidas y tienden a acumular una gran cantidad de polvo.
Hablamos concretamente de los bordes de los zócalos. Estos lugares tienen fama de acumular más polvo que otros rincones de nuestro hogar. Y lo más molesto de esto es que no para de aparecer.
Sin embargo, en Internet se ha viralizado una técnica muy sencilla para mantenerlos siempre limpios. Para ello y primero de todo, vamos a preparar lo que vamos a usar como desinfectante. Llena el cubo con agua caliente. A continuación, pon un chorrito o dos de suavizante (el que usamos para la lavadora). Puedes usar la marca que quieras siempre que sea fácilmente soluble en agua.
A continuación, sumerge un trapo en la mezcla que acabamos de hacer y envuélvelo alrededor de tu cepillo. Con la ayuda de este podremos limpiarlo más rápido y más fácil sin tener que agacharnos.
Presiona el paño con firmeza contra la superficie que quieres limpiar y pásalo a lo largo de las tabla. Podrás ver al instante la diferencia y la cantidad de polvo que se levanta.
También puedes utilizarlo en las esquinas del suelo a la pared, en las superficies de los muebles y al limpiar las rejillas de ventilación.
Todo esto tiene un sentido científico aunque no lo parezca. La base reside en que el suavizante es un perfecto reductor de la adherencia. Los televisores y otros aparatos electrónicos pueden acumular polvo rápidamente porque están cargados eléctricamente. Lo mismo ocurre con las superficies sobre las que pasa el aire cada vez.
Con este sencillo truco se consiguen dos pájaros de un tiro. Puedes deshacerte del polvo y hacer que tus superficies estén libres de este por un tiempo gracias a esta propiedad, mientras que también mantienes tu lugar con un olor fresco y limpio.