La computación cuántica está cada vez más cerca de ser una realidad y promete revolucionar el mundo de la tecnología. Esta forma de procesar información tiene el potencial de transformar todo tipo de sectores como la medicina y la lucha contra el cambio climático, gracias a sus capacidades.
Sin embargo, también pone sobre la mesa un gran reto para la ciberseguridad. Los expertos advierten que esta tecnología podría convertirse en un arma de doble filo, capaz de hacer más fuertes que nunca las defensas digitales, pero también de destruirlas por completo.
“Se calcula que hacia el final de esta década ya podríamos tener computación cuántica con capacidades sustanciales para agredir nuestra criptografía”, advierte Vanesa Díaz, CEO de LuxQuanta, una de las empresas que desarrollan soluciones para la era postcuántica, en una entrevista para Telecinco.
¿Y qué consecuencias podría tener esto? Por ejemplo, las transacciones online a través de páginas web seguras como las de los bancos y portales de compra podrían verse comprometidas. Por otro lado, tus datos en BBDD y credenciales de acceso podrían ser descifrados con bastante facilidad. Lo cierto es que no se exagera: los expertos coinciden en que para 2030, los ordenadores cuánticos podrían ser lo suficientemente potentes como para romper los métodos de cifrado actuales.
La cuenta atrás ha comenzado y la computación cuántica obligará a “reforzarlo todo”
Según un informe del Centro Nacional de Ciberseguridad (NCSC) del Reino Unido, ya hay ciberdelincuentes acumulando datos cifrados, esperando pacientemente a que la tecnología cuántica madure lo suficiente para descifrarlos. Es lo que se conoce como la estrategia de “cosechar ahora, descifrar después”.
La situación es seria. Tanto que hay equipos de investigadores trabajando para crear nuevos sistemas de encriptación “a prueba de cuántica”. La idea es crear algoritmos que sigan siendo seguros, incluso si alguien tiene acceso a un ordenador cuántico. Como ves, una carrera contra el reloj donde el premio es, ni más ni menos, que mantener a salvo la ciberseguridad de todos.
La comunidad científica y tecnológica está trabajando contrarreloj para crear nuevos métodos de cifrado resistentes a los ataques cuánticos. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos ha establecido plazos ambiciosos: para 2030, los métodos de cifrado actuales como RSA-2048 y ECC-256 deberán ser sustituidos por otros mejores, y para 2035 estarán completamente prohibidos.
“Podemos optar por problemas matemáticos más complejos o defendernos de la cuántica con cuántica”, explica Díaz. Por un lado, se están creando nuevos algoritmos de cifrado postcuántico que buscan crear problemas matemáticos tan complejos que ni siquiera un ordenador cuántico pueda resolverlos fácilmente.
Por otro, se está apostando por la distribución cuántica de claves, un método que utiliza las leyes de la física cuántica para crear claves de cifrado imposibles de interceptar sin ser detectadas.
“La criptografía post-cuántica se considera una solución potencial”
Lo cierto es que la misma tecnología que amenaza con poner patas arriba la ciberseguridad también promete grandes avances en otros campos. Podría ayudar a encontrar curas para enfermedades, a crear inteligencias artificiales que parezcan sacadas de una película de ciencia ficción, o a resolver problemas medioambientales que hoy parecen imposibles.
Empresas como LuxQuanta están apostando fuerte por esta tecnología. “Reemplazamos el ‘maletín’ tradicional que lleva las claves por uno que está protegido por las leyes de la física cuántica”, explica Díaz. Este sistema permitiría crear claves de cifrado que serían “irrompibles independientemente del avance de la computación cuántica”.
En pocas palabras, gobiernos y las grandes empresas tecnológicas están invirtiendo miles de millones en investigación y desarrollo de tecnologías cuánticas. Google, IBM y otras gigantes tech ya han anunciado avances en sus programas de computación cuántica.
Mientras tanto, tú, como ciudadano de a pie, probablemente te preguntas qué significa esto para ti y qué consecuencias puede tener en tu día a día. Si bien la respuesta no es sencilla, hay una cosa que está clara: la forma de proteger la información digital tendrá que cambiar radicalmente en los próximos años y, sino, habrá consecuencias.
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Etiquetas: Ordenadores, Ciberseguridad