Esta es la función oculta del gotelé que tienen tantas casas de España

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Muchos hogares españoles, especialmente aquellos construidos durante el siglo XX, conservan aún un acabado de pared que despierta tanto nostalgia como rechazo: el gotelé. Esta técnica de pintura texturizada, reconocible por su superficie granulada, fue aplicada de forma masiva durante décadas, pero pocos conocen la verdadera razón por la que se extendió de manera tan rápida por todo el país.

Para entenderlo debemos analizar el contexto de crecimiento urbano acelerado que vivió España durante los años sesenta. Ante la necesidad de construir cerca de tres millones de viviendas en tiempo récord, el sector de la construcción optó por soluciones prácticas y económicas. Tal como explica el perfil de TikTok (@urbelca), el gotelé se utilizó para “cubrir los daños de las paredes” y agilizar la ejecución de obra, evitando así la necesidad de acabados más elaborados que requerían mayor tiempo y mano de obra cualificada.

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P. Díaz

Un recurso funcional ante la falta de medios

Más allá de su aspecto visual, el gotelé ofrecía una ventaja muy buscada en la época: su capacidad para disimular imperfecciones. Pequeñas grietas, irregularidades o desniveles del enlucido quedaban ocultos bajo esta capa rugosa, lo que resultaba ideal en construcciones rápidas. Además, al ofrecer una mayor resistencia frente a impactos y un mantenimiento menos exigente que las paredes lisas, se convirtió en una elección lógica para muchos propietarios.

No obstante, los gustos estéticos han evolucionado. Hoy, numerosas personas desean eliminarlo en favor de superficies lisas y modernas, que acumulan menos polvo. Sin embargo, este proceso no es sencillo: su eliminación implica un alto coste y complicaciones técnicas, incluyendo, en muchos casos, el abandono temporal de la vivienda durante la obra. Por ello, aún muchas paredes mantienen esta textura, a pesar de la creciente demanda de reformas.

Aunque durante años ha sido símbolo de una estética obsoleta, algunos diseñadores y empresas de reformas comienzan a recuperar el gotelé en clave contemporánea. La tendencia, aún minoritaria, apunta a reinterpretar su textura desde un enfoque decorativo más actual. Así, lo que fue una solución improvisada para ocultar defectos podría estar abriéndose paso como un elemento con nuevo valor dentro del diseño de interiores.