La caída de la inversión pública ha sido el centro de críticas, opiniones, sugerencias, preocupaciones y análisis de expertos durante la última década. El gasto corriente, principalmente el destinado a nómina y cumplir con los compromisos de deuda soberana, ha dominado el escenario.
La ejecución presupuestaria de los primeros cinco meses de este 2025, según publicación del Ministerio de Hacienda, no hace más que corroborar que el gasto de capital sigue estancado, incluso por debajo del 3% del producto interno bruto (PIB).
El gobierno dominicano, en el Plan Nacional de Infraestructura 2020-2023, elaborado con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (PIB), considera que la infraestructura es muy importante para el crecimiento económico y para el desarrollo. En este orden, indica que una mejor dotación de activos y servicios de infraestructura permite incrementar la productividad, disminuir costos de producción, facilita la acumulación de capital humano, permite diversificar la estructura productiva y generar empleo, entre otros efectos.
Este anunciado, planteado como una afirmación dentro de un esquema de planificación decenal, contrasta con lo que ha sucedido a lo largo de los años. Mientras el gasto corriente ha pasado de un 16.5%, en 2015, a un 18.4% en 2024, la inversión pública ha disminuido o se mantiene estancada en torno al 2.5% PIB. Este escenario ha obligado a los gobiernos a endeudarse de manera consistente y en aumento para cubrir el déficit de por lo menos 3% anual.
La Dirección General de Crédito Público, en su informe cortado al 30 de abril de este año, reporta que el saldo de la deuda externa e interna del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$61,340.5 millones, representando el 48.5% del PIP.
El saldo de deuda del SPNF está compuesto en un 72.6% por compromisos externos que totalizan US$44,507.3 millones, mientras que el 27.4% restante corresponde a deuda interna por RD$986,122.5 millones, equivalentes a US$16,833.2 millones.
El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) lo ha reiterado en diversas ocasiones. Indica que, para cubrir esa diferencia, el gobierno ha tenido que recurrir al endeudamiento. Sin embargo, sostiene que el problema no es solo cuánto se gasta, sino en qué se gasta.
Explica que el crecimiento del gasto ha sido impulsado principalmente por el gasto corriente, que incluye pagos de nómina, subsidios, contratación de bienes y servicios, y pagos a los intereses de la deuda del Estado. Refiere que entre 1990 y 2024 el gasto corriente creció un 4,993% y en términos nominales de US$415.2 millones a US$21,150.0 millones.
Destaca que, en el período analizado, el gasto de capital, que representa las inversiones del gobierno en obras, equipos e infraestructuras, creció 657%, al pasar de US$413.9 millones a US$3,133.7 millones en el mismo periodo. Respecto a este año, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) reveló una caída del 83.4 % en la inversión pública, en comparación con el mismo período de 2024.
Enero-mayo 2025
Lo sucedido en materia de gasto público, en lo que compete a proyectos de inversión, establece un panorama poco alentador para el resto del año. De un presupuesto de RD$79,003.4 millones para obras de infraestructura, sólo han sido ejecutados RD$23,372.4 millones, lo que significa apenas un 29.6%.
Cuando se observa la cantidad de proyectos en carpeta para ser iniciados o ejecutados en este año, un 72.5% no recibió un solo centavo para iniciarse durante el período comprendido entre enero y mayo de este año, según consta en el informe de ejecución de la Dirección General de Presupuesto. De acuerdo con el informe, hay alrededor de 1,525 proyectos, de los cuales 1,139 no han recibido desembolso.
Las provincias más afectadas en cuanto a la baja inversión, partiendo del presupuesto asignado en obras y lo que han recibido a la fecha, son: Pedernales con apenas un 8.9% de una asignación de RD$708.8 millones para este año. De este monto, sólo RD$63.3 millones han sido ejecutados. De 18 proyectos en carpeta, 15 no han recibido fondos.
En segundo lugar está el presupuesto multiprovincial, pues de un presupuesto que asciende a RD$5,994.1 millones, sólo se han desembolsado RD$571.2 millones, equivalente a un 9.5%. De 34 proyectos, 17 no han recibido recursos para iniciar su ejecución, equivalente a un 50%.
La provincia Independencia está en tercer lugar como la que menor proporción de ejecución presupuestaria ha tenido en lo que va de año. En este caso, sólo RD$44.6 millones, de RD$464.7 millones, han sido ejecutados, para un 9.6%. Monseñor Nouel aparece con un 13.3% de ejecución, con RD$93.1 millones de RD$699.1 millones presupuestados. En esta provincia hay 38 proyectos en presupuesto, pero 30 no han recibido desembolsos, lo que significa un 78.9%.
Barahona, en el sur del país, es otra de las provincias con poca ejecución presupuestaria, con sólo RD$13.9% de lo presupuestado, al recibir RD$276.5 millones de RD$1,994.5 millones programados. En sexto lugar, en referencia a una menor ejecución presupuestaria, está Monte Plata, que apenas lleva un 14.3% ejecutado, es decir, RD$228.2 millones de RD$1,595.9 millones asignados para 2025. En esta demarcación, 51 proyectos de inversión, de 61, no han recibido desembolsos para iniciarse.
La siguiente es El Seibo con RD$266.4 millones ejecutados de RD$1,835.9 millones presupuestados, equivalente a un 14.5%. De 36 proyectos, 28 no han recibido recursos en lo que va de año, para un 77.8%.
Ya sea por la poca disponibilidad de recursos y procesos burocráticos extendidos, la lentitud en la ejecución de proyectos ha sido una constante durante los últimos cuatro años.
Obras que fueron programadas y prometidas para entregarse en 18 y 24 meses, como la expansión de la zona del kilómetro 9 de la autopista Duarte, la extensión de la línea del Metro de Santo Domingo hacia Los Alcarrizos, el aumento de la capacidad del Metro hacia Villa Mella, la construcción del monorriel de Santiago de los Caballeros, la circunvalación de Baní, la rehabilitación de la autopista Duarte y el hospital de San Francisco de Macorís, entre otras, no han sido entregadas, a pesar de que, en algunos casos, prácticamente doblan el período prometido para su entrega.
Excepciones
No todas las provincias presentan una baja ejecución presupuestaria. Hay por lo menos siete que pasan del 50%, lo que se correspondería con el cronograma del año. Hay una que, excepcionalmente, tiene una ejecución de un 121.9%, pues de RD$257.3 millones asignados, el informe de Digepres reporta una ejecución de RD$313.7 millones.
Este resultado se presenta en dos proyectos: la reconstrucción de la infraestructura urbana del municipio de Mao, con RD$48.4 millones, a pesar de tener una asignación de RD$32.9 millones, y la construcción de la unidad traumatológica y de emergencia del Hospital Luis Bogaert, con una ejecución de RD$199.1 millones, a pesar de tener una asignación de RD$74.2 millones.
En términos reales, en Valverde el 88.9% de los proyectos no ha recibido recursos, es decir, de 24 de 27 obras no han sido iniciadas. Partiendo de estos resultados, las autoridades decidieron frenar los demás y darles prioridad a las calles y al hospital.
Otra de las provincias que presentan un alto nivel de ejecución es María Trinidad Sánchez. Según el reporte de Digepres, RD$1,274.1 millones han sido ejecutados de los RD$1,498.2 millones asignados. En este caso, sin embargo, 25 de los 40 proyectos en presupuestos no han recibido recursos. Igual que en Valverde, en este caso también hay un proyecto que tiene una ejecución de RD$626.7 millones, a pesar de sólo aparecer con RD$103.3 millones asignados, es decir, seis meses el monto asignado.
La provincia Espaillat, con un 63.6% de ejecución, presenta una alta ejecución, pues RD$F312.7 millones han sido desembolsados de los RD$491.4 millones asignados. Sólo 13 de los 24 proyectos en presupuesto no han recibido fondos, para un 54.2%.
Santo Domingo, que es la provincia más grande del país, tiene una asignación presupuestaria para proyectos de inversión, ascendente a RD$23,639 millones, de los cuales RD$7,319.5 millones fueron ejecutados en los primeros cinco meses del año, para un 31%. Sin embargo, de 153 proyectos hay 112 que no han recibido recursos.
En este caso, la construcción de la Línea 2-C del Metro de Santo Domingo, desde el kilómetro 9 de la autopista Duarte hasta Los Alcarrizos, presenta una ejecución de RD$772.1 millones, aunque en la programación aparece con RD$610 millones. En lo que compete al Distrito Nacional, la asignación presupuestaria para este año es de RD$4,863.8 millones. Entre enero y mayo fueron ejecutados RD$2,065.7 millones, un 42.5%.
La provincia Sánchez Ramírez, que aparece en la quinta posición en cuanto a asignación presupuestaria, apenas ha recibido RD$703 millones de los RD$4,088.4 millones programados para este año, lo que equivale a un 17.2%. La excepción, en este caso, ha sido la construcción del recinto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que ha recibido RD$86.1 millones.
Importancia
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) asegura que la provisión eficiente de los servicios de infraestructura es uno de los aspectos más importantes de las políticas de desarrollo, especialmente en aquellos países que han orientado su crecimiento hacia el exterior.
Para la mayoría de los economistas, indica la institución, la ausencia de una infraestructura adecuada, así como la provisión ineficiente de servicios de infraestructura, constituyen obstáculos de primer orden para la implementación eficaz de políticas de desarrollo y la obtención de tasas de crecimiento económico que superen los promedios internacionales.
Indica que, por diversas razones, los países requieren ampliar y modernizar su infraestructura básica de acuerdo con estándares tecnológicos internacionales, lograr niveles máximos de cobertura del territorio nacional y satisfacer con eficacia las necesidades de servicios de infraestructura de los agentes económicos y las personas.