Kevin Durant no se cree todo lo que se dice de lo difícil que era jugar en la década de 1980 y 1990, en lo físico. En un episodio de su podcast, “The ETCs”, Durant dijo que ha estado viendo videos de juegos antiguos y, aparte de algunas faltas flagrantes no declaradas, no cree que la NBA fuera necesariamente más física en el pasado.
“Regreso y veo muchas de esas imágenes de los 90, cosas de los 80, y juegan físicamente, pero creo que se salieron con la suya con muchas faltas flagrantes”, dijo Durant. “Y creo que es por eso que llaman a su era más física que la nuestra. Porque muchachos, aquí también jugamos físicamente. Hay más espacio, pero los muchachos juegan físico, tenemos muchachos fuertes y atléticos aquí también. Pero vi algunos de esos juegos, la pintura estaba limpia, nadie era tocado, no era una gran ayuda en la defensa, pero sí recibías muchas faltas flagrantes [que] no resultaron en multas o en ser expulsado del juego, así que simplemente parecía que era un poco más difícil”.
Esta es una evaluación clara. Si un estilo de juego “más duro” es uno en el que es más probable que sufras una conmoción cerebral sin que se aplique un castigo significativo al tipo que te lo dio, entonces no, la liga no es tan dura como lo fue cuando los Bad Boys o los New York Knicks de Pat Riley golpeaban a los conductores.
Pero el juego ha evolucionado en todo tipo de áreas que no tienen nada que ver con colisiones violentas alrededor del aro. Liberados de las restricciones de las reglas de “defensa ilegal”, los equipos pueden lanzar esquemas sofisticados a los anotadores estrella, por lo que las ofensivas ya no pueden simplemente subir el balón, pedir un poste o una jugada de aislamiento y forzar un doble equipo duro. Los jugadores son más hábiles, los especialistas están prácticamente extintos y la revolución del ritmo y el espacio lo ha cambiado todo.
Si un estilo de juego “más duro” es uno que es más exigente física y mentalmente posesión por posesión, uno que requiere que los jugadores cubran más terreno, tomen más decisiones y cambien de dirección con más frecuencia, entonces la liga nunca ha sido más duro de lo que es ahora. Solo pregúntele a Bad Boy Joe Dumars, vicepresidente ejecutivo y jefe de operaciones de baloncesto de la NBA.
“Tienes que reconocer que hay más ritmo en el juego hoy que antes”, dijo Dumars a Baxter Holmes de ESPN recientemente. “El piso está más extendido, probablemente mucho más cortante. Todas esas cosas son fácticas. No creo que haya ningún argumento para eso. Lo que le hace al cuerpo, supongo, probablemente lo estrese tanto como cualquier otra cosa. No veo cómo alguien podría argumentar en contra de eso”.
Incluso en el transcurso de la carrera de Durant en la NBA, que comenzó en 2007, la liga ha cambiado significativamente.
Es el beneficiario de un espacio mucho mejor que el que tenía como novato, y sus números de anotación por juego se verían peores si el ritmo no se hubiera disparado en toda la liga. La aceptación oficial del “paso de reunión” y la adopción generalizada del Eurostep han beneficiado a los jugadores ofensivos y, en términos generales, los defensores con balón tienen menos libertad para agarrar, sostener e impedir que los que manejan el balón lleguen a donde quieren ir.
En los playoffs de 2021, los Milwaukee Bucks desafiaron a Durant a vencerlos solos, sabiendo que sería agotador para él lidiar con P.J. Tucker acosándolo en cada posesión. Para un momento nada divertido, mira esa serie nuevamente e imagina tener que llevar esa carga ofensiva con ese defensor en particular en tu espacio, mientras tienes que proteger el aro y cambiar a jugadores más pequeños en el otro extremo.
En los playoffs de 2022, los Boston Celtics lanzaron un ejército de defensores grandes, largos y fuertes contra Durant, haciéndolo trabajar en cada toque y estacionando defensores de ayuda en los carriles de conducción. Si los oponentes de los Phoenix Suns en los playoffs de este año toman prestado el plan de juego de los Celtics, es porque hicieron que Durant se sintiera más incómodo que nunca en su carrera en la NBA. Y no, Boston no cometió ni una sola falta flagrante en la serie.
