En medio de la reciente oleada de bombardeos masivos desatada por el movimiento palestino Hamás, que comenzó el pasado sábado, la atención del mundo se ha centrado en la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antimisiles de Israel. Este sistema de defensa aérea se ha desarrollado para contrarrestar los ataques con cohetes y vehículos aéreos no tripulados lanzados desde los territorios de Palestina y el Líbano.
La creciente tensión en Oriente Próximo ha destacado la importancia de la Cúpula de Hierro para Israel, ya que ha logrado interceptar la mayoría de los miles de misiles dirigidos hacia el país. Sin embargo, las dudas sobre su eficacia bajo una presión tan intensa están surgiendo en medio de esta escalada del conflicto.
Funcionamiento de la Cúpula de Hierro
La defensa aérea israelí se puso en marcha en 2011 y tuvo su primera aplicación exitosa en 2012, durante la operación Pilar de Defensa. La empresa responsable de la fabricación del sistema, Rafael Advanced Defense Systems, afirma que su tasa de éxito ronda el 90%, y hasta la fecha se han registrado más de 2.000 interceptaciones.
El gran escudo antimisiles cúpula de hierro. pic.twitter.com/3pbuzvcFT3
— Carlos Santana (@escarlossantana) October 10, 2023
La Cúpula de Hierro consta de tres componentes principales: los lanzadores de misiles interceptores Tamir, un radar altamente sensible y un sistema de gestión de batalla y control de armas. Gracias a estas avanzadas tecnologías, la defensa aérea puede detectar cohetes a distancias de hasta 70 kilómetros, analizar sus trayectorias y, si se identifica una amenaza para asentamientos o infraestructuras estratégicas, neutralizarla.
Hasta mayo de 2021, Israel contaba con al menos 10 baterías móviles operativas, cada una equipada con 20 misiles interceptores. Cada cohete Tamir tiene un costo de producción que oscila entre los 40,000 y los 50,000 dólares.
La contribución de Estados Unidos en la protección de Israel
A pesar de que el proyecto de la Cúpula de Hierro fue desarrollado en Israel, su financiamiento provino principalmente de Estados Unidos. En marzo de 2014, ambos países firmaron un acuerdo de producción conjunta que otorgó a Estados Unidos acceso a la tecnología a cambio de la posibilidad de fabricar componentes del sistema en su propio territorio.
Adicionalmente, en 2021, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una asignación de 1,000 millones de dólares para apoyar la defensa aérea de Israel. Hasta la fecha, Estados Unidos ha invertido casi 3,000 millones de dólares en la Cúpula de Hierro, cubriendo gastos relacionados con las baterías, los interceptores, la coproducción y los costos generales de mantenimiento.
Este martes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que su Administración está “aumentando la asistencia militar adicional”, lo que incluye el suministro de proyectiles de artillería y misiles para reponer los arsenales del sistema antiaéreo de la Cúpula de Hierro.
Los desafíos para la eficacia del sistema antiaéreo
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Hamás disparó alrededor de 2,500 misiles, mientras que Hamás afirmó haber lanzado 5,000 cohetes. Sin embargo, esta cifra supera el número total de detecciones e intercepciones realizadas en la historia de la Cúpula de Hierro, lo que plantea un desafío sin precedentes para el sistema de seguridad.
Es importante destacar que, aunque la defensa aérea probablemente habría sido capaz de rastrear cada cohete, la cantidad masiva de ataques podría agotar los misiles disponibles en las baterías, creando así un vacío temporal en la cobertura de la Cúpula de Hierro. Este escenario plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del sistema en medio de un conflicto de gran envergadura.