Es probable que hayas escuchado hablar acerca de la estafa del buen empleado; no en vano, se trata de uno de los fraudes de moda. Pero quienes sí lo han hecho, y probablemente con más frecuencia de lo que les gustaría, son los agentes de la Policía Nacional. ¿Es posible que incluso en verano este tipo de engaño se haga a cada rato con nuevas víctimas?
Todo parece indicar que sí. De hecho, la gran mayoría de las estafas cobran nuevos bríos durante la época estival. Hay que tener en cuenta varios detalles. Para empezar, que al estar de vacaciones, muchos empleados bajan más la guardia, desconectan y son pillados por sorpresa por los ciberdelincuentes. Además, las oficinas están más vacías, lo que también es un filón para ellos.
La Policía Nacional lo tiene claro: cuidado con la estafa del buen empleado
Actualmente, muchas estafas tienen nombre y apellidad, como sucede con la estafa del buen empleado. Incluso la propia Policía Nacional se refiere a ellas con este tipo de denominaciones. Sin embargo, si se profundiza en el tema, es fácil darse cuenta de que se trata de un delito perteneciente a los llamados casos de vishing (phishing con voz), muy relacionados con el mundo de la tecnología.
Tal y como las autoridades ponen en relieve, la estafa consiste básicamente en un hecho: que un empleado realice un pago urgente. Visto así en frío, puede parecer absurdo, ¿por qué iba nadie a poner dinero para su empresa? Pero lo cierto es que los ciberdelincuentes se las apañan muy bien creando situaciones imprevistas que pueden hacer de cualquiera una nueva víctima.
Todo se acompaña siempre con una acuciante sensación de urgencia. En muchos casos, el estafador se hace pasar por el jefe directo o incluso por un proveedor importante. El mensaje es claro y angustiante: algo grave sucederá si no se actúa ya. El delincuente apela al sentido del deber del empleado, su lealtad, su compromiso… ¡Ni siquiera te dejan colgar el teléfono!
Como explica la Policía Nacional, por medio de su cuenta oficial de X (antes Twitter, ya sabes), este tipo de engaños se apoyan siempre en una especie de autoridad fingida y en que todo suene importantísimo. Frases como “no se lo digas a nadie”, “no cuelgues”, “esto depende solo de ti” o “confío en que no falles” son habituales en estas llamadas. Conviene tenerlo en cuenta.
El éxito de la manipulación emocional
Lo curioso de esta estafa es que, si se mira con perspectiva, es muy diferente a la gran mayoría de ellas. Casi todos los fraudes pretenden aprovecharse de la codicia de la gente: has ganado un premio, tienes la oportunidad de conseguir dinero, un trabajo estupendo en el que no hacer nada, etcétera. Pero aquí pasa todo lo contrario: el gancho apela a la responsabilidad de los trabajadores.
Es lo que los expertos llaman manipulación emocional. Los estafadores juegan con la psicología de sus víctimas. Así que, ya sabes, si recibes una llamada de tu jefe, un proveedor, alguien relacionado con tu empresa e intentan sacarte dinero, no piques. Y si es en verano, sospecha todavía más. Que no te engañen con sus artimañas.
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Etiquetas: Estafa