Miches, República Dominicana. – En un video explosivo, Rubén Mejía, conocido en los bajos fondos del pueblo como “El Capo”, se dirige al periodista Ramón Tolentino para soltar su versión de los hechos y desenmascarar la cruda realidad del negocio de la droga en la región. Mejía, acusado de asesinato, no solo niega las acusaciones, sino que también destapa una serie de intrigas y corrupciones que sacuden los cimientos de Miches.
“Yo no cometí ese asesinato,” arranca Mejía, con una calma desafiante. Según él, el día del tiroteo se encontraba a 100 metros de donde ocurrió el incidente. Sin embargo, reconoce que tenía una pistola en la mano, justificándolo por el caos del momento. Para Mejía, su único error fue estar en el lugar y momento equivocado, y ahora busca la ayuda de Tolentino para limpiar su nombre y sacar a la luz la verdad.
En el transcurso de su declaración, Mejía se refiere a su “empresa”, un eufemismo para su operación de drogas, que genera entre 250,000 y 300,000 pesos diarios. Él alega que no tiene rivales dentro de su “negocio”, pero sí menciona nombres como Amador, alias “Papichulo”, y otros personajes que buscan apoderarse de la plaza a toda costa. “El negocio de la droga deja mucho dinero, todo el mundo lo quiere,” sentencia Mejía, dejando claro que la competencia es feroz y la traición, un recurso común.
La narración toma un tono aún más sombrío cuando Mejía habla de crímenes encubiertos, como la muerte de Jané y Javielo, supuestamente a manos de sicarios bajo órdenes de Omar, “La Moña”. Estas acusaciones, según Mejía, están respaldadas por pruebas que él posee, retando a las autoridades y al mismo Tolentino a investigar a fondo. “Yo tengo prueba y tengo de todo,” afirma, haciendo un llamado a Tolentino para que saque a la luz estas verdades ocultas.
La parte más personal del video llega cuando Mejía menciona a Carolina Eustaquio, su ex pareja desde los 16 años. Según él, la separación se debió a que ella ya no disfruta del estilo de vida ostentoso que el dinero del narcotráfico permitía. “Ya ella no anda tapando en la discoteca,” dice Mejía, implicando que la pérdida de privilegios la llevó a acusarlo falsamente.
Finalmente, Mejía apunta a la corrupción policial y política en Miches, mencionando a Amador como el principal responsable de comprar la justicia. “Las autoridades que están allá en Miches averiguando lo que tienen es la prueba comprar por el dinero que le dio Amador,” denuncia, exponiendo un sistema que parece estar podrido hasta la médula.
Con este video, Rubén Mejía no solo busca limpiar su nombre, sino también exponer el entramado de poder y corrupción que envuelve a Miches. ¿Será que la verdad saldrá a flote o quedará enterrada bajo la violencia y la impunidad? Solo el tiempo y la valentía de los involucrados lo dirán.
