El dominicano Jeremy Peña cautivó al público de las Grandes Ligas luego de convertirse en el principal artífice de la postemporada para los campeones Astros de Houston en su año de novato, tiempo en el que por igual registró una grata ronda regular que le validó ser ganador del Guante de Oro y ubicarse entre los cinco finalistas al Novato del Año.
Esta primera experiencia estuvo llena de retos, empezando por superar las expectativas a su alrededor de ser un prospecto con la etiqueta de no poder fallar, así como encontrarse en una coyuntura que le asignó la responsabilidad de ocupar el puesto que dejaba vacante Carlos Correa – quien fuese un baluarte para la organización en la que había sido su etapa más competitiva hasta el 2022.
El maravilloso arranque en la trayectoria del campocorto Peña merece el reconocimiento de todos, aunque las cosas no deben quedarse allí y, en busca de la consagración como ligamayorista, varios detalles de su juego deben cambiar para dar un siguiente paso. El nivel de talento que lo acompaña es innegable, razón por la que esperar que solucione aquello que se mira como deficiencia es realista.
Decisiones de swings más inteligentes
Es altamente probable – para no asegurar – que el bateador derecho sea el principal enterado de que su disciplina en el plato debe ser pulida, del mismo modo que todo lo relacionado con este apartado.
Calmar la ansiedad será crucial en el futuro de Peña, evidenciando que terminó haciendo swing al primer pitcheo en el 47.3 % de las veces, así como intentó conectar al 37.8 % de los lanzamientos con recorrido hacia fuera de la zona de strikes. Fue peor que la media en ambos casos. Y en otra casilla, para desilusión, se fue con la brisa en el 29.7 % de sus objetivos de pegarle a la pelota.
Lectura de precisión contra rompientes
Darle fuerza a los enemigos puede resultar bastante caro, cosa que en definitiva pasó en perjuicio de Peña durante el ínterin de temporada regular. Los pitchers están enterados de lo mucho que pueden aprovechar la poca productividad del joven contra lanzamientos quebrados, al igual de lo tanto que este castiga las bolas rápidas.
Los monticulistas sacaron amplias ganancias del poco tiempo de servicio de Peña, quien recibió el 51.6 % de pitcheos en su contra en forma de rompientes o lanzamientos de baja velocidad, bateando para tan solo .227 contra estos. En caso contrario, posteó un alto .283 frente a las rectas.
Este apartado guarda correlación con el anterior, pues los quebrados en su mayoría son los que terminan fuera de la zona y aquellos con elevados porcentajes de abanicados. Así las cosas, se establece que debe mejorar tanto la lectura de los lanzamientos como disciplina, porque ninguna es sin la otra.
Aprovechar todo el terreno
Los Astros no necesitan que el dominicano sea el principal slugger de su alineación, viendo que para eso tienen a Yordan Álvarez, Kyle Tucker o José Abreu, este último adquirido en temporada muerta. Peña, como bateador de la tanda alta, debe velar por una ofensiva de mayor dinamismo, aunque los extrabases no dejan de ser importantes. Ampliar su rango de contacto es vital.
El pelotero, de 25 años, produjo para .364 cuando llevó la pelota hacia la banda contraria, pero solo 22.7 % de sus batazos salieron en esta dirección. Halar la pelota es un beneficio para él, teniendo más opciones de conseguir hits y volviéndose un hueso más difícil de roer para la oposición.
Peña está encaminado al estrellato: habilidades defensivas de primer nivel y un poder en ascenso, por lo que lograr mejorar en los puntos expuestos será de ayuda en su causa.