Las altas temperaturas a causa del calor extremo no bajan, las habitaciones siguen irradiando calor acumulado y, en muchos hogares, dormir se convierte en algo insoportable. Si vives en una zona donde las mínimas superan los 25 grados, lo más probable es que hayas probado de todo: ventanas abiertas, duchas frías, incluso meter las sábanas en la nevera.
En medio de esta situación, surge la gran duda, ¿es mejor dejar encendido el ventilador o el aire acondicionado mientras duermes? Uno consume poco, el otro enfría de verdad, pero para salir de dudas, le hemos preguntado a la inteligencia artificial cuál es la mejor opción para conseguir un sueño fresco y sin interrupciones. No obstante, la respuesta no ha sido tan sencilla.
La IA, en especial ChatGPT, no se posiciona de forma tajante, y es que, según su análisis, la elección no puede basarse solo en lo que más enfría, sino en cómo afecta cada sistema a tu cuerpo, al ambiente de la habitación, así como al ciclo del sueño.
Dormir bien tiene más que ver con regular el entorno que con bajar la temperatura. Lo que recomienda depende de varios factores, como la temperatura nocturna, el nivel de humedad, el estado de salud de quien duerme o incluso el tipo de vivienda. Todo influye en sí, conviene dejar encendido un ventilador, el aire acondicionado o una combinación de ambos.
El ventilador es eficaz con calor moderado, pero limitado
Es importante mencionar que el ventilador no enfría el aire, lo que hace es moverlo por la habitación, y eso ayuda a que el sudor se evapore más rápido, generando una sensación de frescor en la piel. Es una solución útil mientras la temperatura no supere ciertos límites.
Según la inteligencia artificial, y en especial el chatbot de OpenAI, si la noche no baja de los 35 grados, el ventilador deja de ser eficaz. Y es que el aire que mueve ya está demasiado caliente, por lo que en lugar de refrescar puede acabar agobiando aún más.
Además, dejarlo apuntando directamente al cuerpo durante horas puede provocar molestias o problemas de salud a largo plazo, como sequedad en la garganta, irritación en los ojos o congestión nasal son algunos de los efectos más habituales.
Si tienes alergias o sensibilidad respiratoria, el ventilador puede agravar la situación al levantar polvo o partículas que estaban en reposo. Aunque su consumo eléctrico es muy bajo y el coste inicial es mínimo, la IA recuerda que su eficacia está muy condicionada por el entorno.
El aire acondicionado enfría de verdad, pero…
A diferencia del ventilador, el aire acondicionado reduce realmente la temperatura del ambiente. Extrae el calor y lo expulsa fuera, creando una sensación térmica más estable. En noches muy calurosas o húmedas, permite alcanzar los 22–25 grados que favorecen un sueño más reparador.
Según estudios citados por la IA, ese rango de temperatura es clave para que el cuerpo descanse sin interrupciones. El problema es que su funcionamiento tiene efectos secundarios, puesto que el aire se reseca, lo que puede irritar las vías respiratorias, la piel y los ojos. También puede provocar una falsa sensación de confort que lleva a no hidratarse correctamente durante la noche.
Si lo usas sin control, puede disparar el gasto energético y provocar microdespertares por exceso de frío. Por eso, la IA recomienda activarlo durante un par de horas al inicio de la noche, usando temporizador o modo sleep, y apagarlo cuando el cuerpo ya haya entrado en fase de descanso.
Entonces, ¿qué aparato deberías dejar encendido al dormir?
Si las mínimas rondan los 25 o 26 grados, el ventilador puede ser suficiente para mantener un ambiente soportable. Eso sí, siempre que esté bien colocado, sin apuntar directamente al cuerpo y en modo oscilante.
Pero si el calor no baja ni a medianoche, o si hay mucha humedad en el ambiente, el aire acondicionado se convierte en una necesidad. Dormir con más de 30 grados es casi imposible sin una refrigeración activa.
La IA propone una estrategia combinada como la más eficiente, que es encender el aire acondicionado al principio para enfriar la habitación, apagarlo tras una o dos horas, y mantener la temperatura con un ventilador suave.
Esta combinación minimiza el consumo eléctrico, reduce los efectos negativos del aire seco y mantiene una sensación térmica más constante durante el resto de la noche, por lo que las noches dejarán de ser terribles en verano.
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Etiquetas: Inteligencia artificial