En España, los rankings sobre tráfico no escasean, por lo que un día se publican los datos de siniestralidad, otro las ciudades con más sanciones, y al siguiente, los puntos negros en carretera. Pero esta vez, en lugar de fijarnos solo en cifras, decidimos ir más allá y plantearle una pregunta directa a ChatGPT, ¿en qué ciudad están los peores conductores?
La respuesta fue controvertida, ya que el chatbot dijo que Madrid. Una decisión que no señala a sus habitantes, sino a un entorno urbano que, según la IA, transforma por completo la forma en que conduces.
No se trata de que en esta localidad haya más accidentes o más imprudentes al volante. Lo que destaca la inteligencia artificial es que la propia ciudad empuja a comportamientos más agresivos o precipitados.
“La gran densidad de tráfico genera un nivel constante de estrés, lo que deriva en maniobras impulsivas y decisiones arriesgadas”, explica el chatbot de OpenAI. En otras palabras, el problema no está en cómo eres tú como conductor, sino en lo que te exige el entorno cuando te subes al coche y comienzas a conducir por la carretera.
Conducir en Madrid es una prueba de paciencia
La IA hace hincapié en los factores que convierten cada trayecto en Madrid en una experiencia tensa. No es solo cuestión de volumen de vehículos, en las calles de la capital se cruzan residentes con prisa, repartidores al límite del tiempo, turistas y trabajadores que entran o salen en plena hora punta.
Toda esta mezcla provoca una circulación difícil de anticipar, donde cualquier despiste o exceso de confianza puede desencadenar un conflicto. Además, hay que sumar el diseño urbano, con rotondas siempre llenas, cruces que parecen improvisados, semáforos y una constante presión por no llegar tarde.
Es importante mencionar que todo esto, según la IA, favorece un entorno donde la conducción se vuelve más instintiva y menos racional. “Madrid concentra lo peor del tráfico: impaciencia, rutas saturadas y un entorno donde cada segundo cuenta”, sentencia.
Una de las ideas más interesantes que plantea la inteligencia artificial es que no se trata de una crítica personal hacia los madrileños. De hecho, reconoce que en un entorno más calmado, muchos de ellos probablemente conducirían de forma distinta.
“Incluso el conductor más prudente puede acabar cometiendo errores cuando el sistema le exige ir rápido, adaptarse constantemente y anticiparse a lo inesperado”, señala.
Por tanto, lo que a veces se interpreta como una falta de respeto a las normas o una actitud agresiva al volante, puede ser una reacción directa a las condiciones en las que se desarrolla la conducción. La prisa, la presión por el tiempo o simplemente la fatiga diaria provocan ese tipo de reacciones.
Lejos de querer alimentar prejuicios, la IA plantea un diagnóstico más complejo, donde la conducción es el reflejo de un sistema que te exige estar siempre alerta, responder rápido y no ceder ni un metro. En ese marco, resulta difícil mantener la calma. Y es ahí donde Madrid, según esta perspectiva, se convierte en la ciudad más hostil para ponerse al volante.
La conclusión no es que se conduzca mal en Madrid por costumbre, sino que se conduce mal por necesidad. Porque el entorno empuja a eso, porque el ritmo te obliga a priorizar la inmediatez frente a la cortesía, y porque a veces conducir se convierte, literalmente, en una carrera de obstáculos.
En ese sentido, este juicio de la IA no busca señalar a nadie, sino hacer visible una realidad, sobre todo cuando una ciudad te pone al límite, el volante deja de ser solo un medio de transporte y se convierte en una herramienta de supervivencia urbana.
Cabe destacar que este fenómeno no es exclusivo de Madrid, sino que cualquier ciudad con características similares —tráfico intenso, mezcla de perfiles y alta presión temporal— puede generar comportamientos similares al volante.
La conclusión de ChatGPT refleja un hecho sencillo, pero a menudo ignorado, en el cual, el lugar donde conduces condiciona cómo lo haces, y la presión urbana puede minar incluso a los conductores más responsables.
Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.
Etiquetas: Inteligencia artificial
