Como todo hombre noble y bien agradecido, Leonardo de Jesús Heredia Castillo (Leo Corporán) dedicó parte del discurso de su entrada al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano para hablar sobre su largo paso por el periódico El Nacional.
Leo, editor deportivo de dicho vespertino por espacio de 38 años y quien ha laborado en este medio por cerca de 48 años, agradeció en gran manera a la familia Corripio, en especial al señor Pepín, su esposa doña Ana María Alonso, así como sus hijos Manuel, José Alfredo, Ana y Lucía por el apoyo irrestricto que le han brindado.
Pepín Corripio
“Desde que don Pepín Corripio adquirió el periódico El Nacional he tenido un respaldo como ustedes no se imaginan, nunca me ha llamado, a pesar que fui en su momento, un periodista duro y que no cogía corte”, expresó Corporán en el agradecimiento.
Siempre presente
El dilatado cronista deportivo recordó los buenos momentos vividos en la redacción de El Nacional, periódico al cual llegó por recomendación del fenecido periodista deportivo Roosevelt Comarazamy, y destacó la amistad que le unió con los directores del reconocido diario.
`“Nunca olvidaré en toda mi trayectoria en El Nacional, la solidaridad, los consejos y el respaldo de los directores, Mario Álvarez Dugan (Cuchito) y Radhamés Gómez Pepín, dos excelencias y caballos del periodismo nacional. ¡Qué bueno recuerdos tengo de ellos!”.
“Como también he recibido un trato especial, a quien considero como un hermano, el actual director Bolívar Díaz Gómez”, destacó.
Corporán valoró el hecho de trabajar al lado de grandes luminarias de la crónica deportiva como Comarazamy, considerado el más completo cronista deportivo dominicano. De igual forma mencionó a Rolando Guante, a quien consideró como una estrella, así como a su compadre el fotorreportero Manolito Jiménez.
Sobre Rafael Martínez, sub-editor deportivo de El Nacional, señaló que es un periodista excepcional que ha sido parte importante en su trayectoria.
Mauricio Báez
Era imposible que en su discurso de exaltación, Leo dejara de mencionar a su entrañable Club Mauricio Báez, el cual fundó en 1963 junto a un grupo de amigos en Villa Juana.
“Tengo una gran admiración por mi Villa Juana, por sus moradores, por esos viejitos que quiero tanto, por los niños de las escuelas que participan en las disciplinas culturales, artísticas y deportivas”, señaló Corporán, quien también agradeció a su esposa Cecilia Guerra y sus hijos César, Amaury y Cecilia, además de sus nietos..