Así como los esteroides, los bates alterados o los lanzadores que utilizan sustancias prohibidas, el béisbol ha estado expuesto a todo tipo de trampas… incluso aquellas que no afectan directamente el resultado en el terreno.
Desde inicios del siglo pasado, las Grandes Ligas han investigado y sancionado casos de apuestas que han puesto en duda la integridad del juego.
En 1919, ocho miembros de los Chicago White Sox fueron acusados de perder intencionalmente la Serie Mundial contra los Rojos de Cincinnati, a cambio de pagos provenientes de un sindicato de apuestas. Se cree que el crimen fue orquestado por el mafioso Arnold Rothstein, apodado “el cerebro”.
Los ocho jugadores fueron expulsados de por vida del béisbol y borradas sus estadísticas. Sin embargo, en el 2024, el mejor jugador de los “Black Sox“, Joe Jackson, recibió un indulto póstumo y fue reinstalado.
Con el paso del tiempo, la MLB se mantiene contundente con los castigos a los jugadores implicados en casos de apuestas. El ejemplo más recordado es el del “rey del hit”, Pete Rose, quien fue expulsado del béisbol, siendo declarado inalegible de cualquier circunstancia luego de ser acusado de apostar en partidos de los Rojos de Cincinnati, equipo en el que jugaba.
Rose conectó 4,256 hits, pero fue incluido en la lista de inelegibles de forma permanente, aunque esta medida fue revocada el 13 de mayo del corriente año, al igual que Jackson.
Otro caso destacado es el que involucró a Shohei Ohtani y su traductor, Ippei Mizuhara, quien también era su amigo y asistente personal. Mizuhara se declaró culpable de todos los cargos en su contra, admitiendo haberle robado cerca de 17 millones de dólares a Ohtani. Fue sentenciado a cinco años de prisión durante una audiencia en un tribunal federal en Santa Ana, California.
El venezolano Tucupita Marcano fue vetado de por vida de las Grandes Ligas tras admitir haber apostado más de 150 mil dólares. Realizó apuestas en 387 partidos de béisbol, incluyendo 231 de MLB y 25 mientras formaba parte de los Pittsburgh Piratas.
Los dominicanos
Recientemente, dos lanzadores dominicanos fueron removidos de sus respectivos rosters y colocados en licencia administrativa, lo que les impide recibir salario mientras se lleva a cabo una investigación por parte de las Grandes Ligas.
Se trata de Luis Ortiz y Emmanuel Clase, ambos de los Guardianes de Cleveland, investigados por supuestamente realizar lanzamientos intencionales fuera de la zona de strike.
Ortiz, abridor del equipo, fue retirado a inicios de julio, mientras que Clase fue apartado la mañana de este lunes. Clase no podrá volver a lanzar al menos hasta el próximo 31 de agosto, lo que representa una suspensión de más de un mes. Esta temporada, el cerrador ha conseguido 24 salvamentos y mantiene una efectividad de 3.23.
El nativo de Río San Juan, República Dominicana, tiene un contrato de cinco años y 20 millones de dólares, vigente hasta 2026.
En el 2023, la MLB hizo público un contrato con Betcris, la mayor casa de apuestas de Las Vegas, Nevada. Los detalles del mismo aún se mantienen ocultos.
Otros casos menos mediáticos
El lanzador de los Athletics, Michael Kelly, y tres jugadores de ligas menores —Jay Groome (Padres), Andrew Saalfrank (Diamondbacks) y José Rodríguez (Phillies)— fueron suspendidos por un año tras comprobarse su vinculación con apuestas deportivas.
Además, el árbitro Pat Hoberg fue despedido de las Grandes Ligas en febrero luego de que se descubriera que compartió sus cuentas legales de apuestas con un amigo que apostaba en juegos de béisbol, y por eliminar intencionalmente mensajes electrónicos clave durante la investigación de la MLB.