Los casos de phishing y las estafas en general por Internet no dejan de sucederse, y cada día son más sofisticadas con el fin de engañar a los usuarios.
Tanto es así, que por lo general las autoridades intentan aprovechar sus redes sociales para recomendar a los usuarios tales o cuales prácticas, o directamente denunciar cómo funcionan algunos tipos de timos en particular.
¿El problema? Que los ciberdelincuentes no solo parecen ir siempre un paso por delante de los defensores de la ley (es algo que se lleva dando desde que el mundo es mundo, pero más ahora, con el crecimiento de la tecnología), sino que ahora además han decidido pasarse por ellos. En concreto, una nueva y peligrosa estafa se adueña del nombre de la Guardia Civil.
La nueva estafa que se hace pasar por la Guardia Civil
No es la primera vez que los delincuentes utilizan técnicas parecidas. Puestos a saltarse la ley, ¿qué más da suplantar la identidad de unos o de otros?
De hecho, hace años que las estafas en las que los criminales se hacen pasar por la DGT para reclamar multas de tráfico y cosas por el estilo están a la orden del día. Lo que sucede es que cada vez lo tienen más fácil para sus fechorías.
Tal y como advierte el Instituto Nacional de Ciberseguridad (el INCIBE), la estafa funciona más o menos así: alguien te llama por teléfono y se hace pasar por la Guardia Civil, en teoría a consecuencia de una multa pendiente de pago, reclamando el importe de la sanción. Y lo peor de todo es que dan un lugar concreto donde supuestamente se llevó a cabo la infracción.
Lo lógico es que si nunca has pasado por allí (o no tienes coche), te suene raro. Pero la complicación radica en que, cada vez más, los ciberdelincuentes llevan a cabo lo que se viene conociendo como “estafas a la carta”. Es decir, timos centrados en identidades concretas: conocen tu nombre, dónde vives o, como sucede en estos casos, dónde has estado de viaje.
Es información que, en muchos casos, son los propios usuarios quienes facilitan. A veces solo hace falta ver en redes sociales como Facebook dónde ha ido una persona de vacaciones para suponer el trayecto que ha tenido que recorrer para llegar a su destino desde su vivienda habitual. Algo que hace que en muchos casos sea más fácil picar en el engaño que llevan a cabo.
Desconfía siempre de algunas llamadas
Es importante, como siempre recuerdan desde el INCIBE, tener muy presente que ni la Guardia Civil, ni la DGT ni la propia Policía exige nunca el pago de nada por medio de llamadas, mensajes ni correos electrónicos.
No funcionan así. Por eso, si quien sea se pone en contacto contigo por estos medios para sacarte dinero, información bancaria o tus datos personales, cuelga.
Además, tampoco es muy recomendable publicar ni compartir información personal por Internet, porque se da más opción a los ciberdelincuentes de crear ganchos más personalizados. Piénsalo dos veces antes de publicar algo en redes sociales.
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Etiquetas: Estafa