Justo el día que cumpliría sus 90 años, la considerada como primera dama del teatro fue homenajeada de muchas maneras: con emotivas palabras, con interpretaciones de sus canciones preferidas, con el obsequio del postre que preparaba para sus compañeros de tablas, con actuaciones de algunos de los papeles que interpretó, en fin, Monina Solá fue reconocida con pequeños y grandes detalles en Villa Juana, en el Centro Cultural Narcizo González.
Al homenaje convocó su hijo, el contralmirante Homero Luis Lajara, quien escribió el libro que esa noche se presentó y se obsequió a cada uno de los presentes. Un libro que servirá como documento de referencia para que las actuales y futuras generaciones conozcan sobre la trayectoria de esta artista que desde muy niña hizo buen teatro.
La presentación del Libro “Monina Solá, leyenda del teatro dominicano” fue la excusa para reunir varias vertientes del arte, a actores de todos los tiempos, a artistas y amantes de las artes que esa noche llenaron el centro cultural de Villa Juana.
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Allí había gente de la generación de Monina, algunos con bastones, con sus cabezas color plata. También de muchas otras generaciones, incluso jóvenes que apenas comienzan en el teatro y que tienen como referente a Monina como signo de constancia y calidad artística y humana.
Fue un acto muy bien pensado. Me sentí feliz en medio de tantos actores, actrices y amantes del teatro y me sentí triste al saber que el gobierno no hizo ni dijo nada cuando Monina partío, nada para mostrarle al país que los buenos merecen ser reconocidos para resaltar el buen ejemplo entre los que quedamos vivos. Ministerio de cultura: ¿Que pasa que no amanece?
Por: Mary Leisy Hernandez
Marilei@hotmail.com