Ayer Netflix anunció el fin de las cuentas compartidas gratis fuera de casa, y todo apunta a que estamos ante el fin de una era. La era de Netflix. No sabemos lo que pasará, pero sí tenemos claro que ya nada volverá a ser como antes, cuando Netflix rompía records e invitaba a la gente a compartir contraseñas.
Todo era felicidad para la “inventora” de la televisión en streaming, en los años en los que no tenía competencia. Netflix se adelantó a su época, fue tan visionaria que las productoras, distribuidoras y televisiones tardaron años en reaccionar.
Durante más de una década Netflix vivió en el paraíso. Ofrecía creaciones propias y podía complementarlas con series y películas de Disney, de Fox, de Warner, etc. Y todo por apenas 8 o 9 euros al mes.
Pero la competencia no tardó en espabilarse. Netflix se había inventado un mercado completamente nuevo, y muy lucrativo. No iban a dejar que ella sola se comiera todo el pastel. Y entonces llegaron HBO, Prime Video, Apple TV+, Disney+, etc. Y todo comenzó a cambiar.
Un mercado de gigantes tecnológicos y de las comunicaciones
La competencia de Netflix, no se dedica solo al streaming, como ella. Detrás hay compañías infinitamente más grandes y todopoderosas: la propia Disney, Amazon, Apple, AT&T (HBO Max), etc.
Son gigantes empresariales que operan en muchos mercados diferentes. El streaming es solo una parte del negocio, y obtienen ingresos de otras muchas fuentes.
Estos gigantes, además, son dueños de productoras de cine y televisión, y tienen muchos títulos en propiedad… que han retirado de Netflix. Invirtiendo dinero, compañías como HBO, Disney o Apple han creado grandes series y películas exclusivas que no tienen nada que envidiar a las de Netflix. En muchos casos, las superan.
Esto ha sido un doble golpe bajo para la compañía de Reed Hastings. Por un lado ha perdido películas y series importantes de su catálogo (Marvel, Disney, etc.), y por otro la competecia tiene contenido exclusivo de calidad.
Antes lo importante era tener Netflix, lo demás era secundario. Ahora los usuarios no pueden pagar tantas suscripciones. Y si no tienen Netflix, y esto es importante, van a encontrar contenido de calidad en otro sitio.
De repente, ya no basta con tener 200 millones de usuarios para ser rentable. Y ya no eres imprescindible.
Una política propia insostenible
Netflix tiene, además, un hándicap importante: la filosofía que la llevó a la cima, es un peso muerto que la arrastra al fondo del mar.
Mientras que la competencia puede vivir estrenando unas pocas películas y series al mes, Netflix estrena docenas y docenas. Tiene el catálogo más grande con diferencia, pero a un alto coste: 17.000 millones de dólares de inversión en rodajes en 2022.
A cambio, también cobra más que nadie. Si quieres ver el contenido en 4K, que es el estándar en la competencia, aquí tienes que pagar 17,99 euros al mes. Y no ofrece rebaja anual, como el resto.
Este alto precio se ha trampeado con las cuentas compartidas, pero ayer mismo las prohibió. Solo se pueden usar dos subcuentas fuera de casa, pagando 5.99 euros adicionales por cada una.
Y aunque la competencia haya subido precios, son mucho más moderados. Un ejemplo:
- 1 año de Netflix sin cuentas compartidas: 218,99€
- 1 año de HBO Max (69,99€) + 1 año de Disney+ (89,99€) + 1 año Prime Video (49,99€) = 209,97€
Se puede cambiar Disney+ por Apple TV+, para obtener el mismo precio. Y todas las anteriores permiten (por ahora) compartir cuentas fuera de casa. Quizá no puedas ver Miércoles o Stranger Things, pero hay muchas series de calidad en la competencia.
La sensación es que el actual modelo de Netflix es insostenible, porque a muchos usuarios ya no les compensa pagar mucho por mucho contenido. Les vale con la oferta de la competencia, menos cantidad pero de calidad, y más barata.
Netflix tiene problemas para ser rentable pese a batir récord de usuarios. A la competencia le pasa lo mismo, ojo: hoy mismo DIsney ha anunciado 7.000 despidos. Pero tienen muchos más recursos y otras fuentes de ingresos para seguir creando contenido y mantener los precios más bajos que ella.
Hay un paralelismo con los videojuegos, en donde Microsoft, que multiplica el presupuesto de Sony y Nintendo, poco a poco va limando a la competencia con el Game Pass y el juego en la nube. Microsoft puede ofrecer los estrenos exclusivos de Xbox y PC el mismo día del estreno, gratis con una suscripción barata, algo que supondría la ruina de la competencia, que vive de las ventas de exclusivos.
Microsoft puede usar estrategias inalcanzables para la competencia, y la sensación es la misma con AT&T, Apple o Amazon frente a una empresa que solo vive del streaming, como Netflix.
Sus decisiones para salir de la crisis, no han sido buenas. El plan con anuncios está siendo un fracaso, y ha desprestigiado mucho a la compañía, al retomar las viejas prácticas que prometió desterrar para siempre.
Y ahora, con la prohibición de compartir cuenta, ha iniciado una oleada de protestas y bajas. Hoy son tendencia en Twitter #AdiosNetflix y #Lo de Netflix:
Según la OCU, 2 de cada 3 usuarios de cuentas compartidas, han prometido cerrar su cuenta en Netflix. Y en España son el 60% de todos sus usuarios. Que luego lo cumplan es otra cosa, pero las perspectivas no son buenas.
A Netflix le cuesta cada vez más competir con los gigantes tecnológicos que forman la competencia. No han faltado rumores de adquisión, por la propia Microsoft, o consejos como el del entonces ex-CEO de Disney (hoy otra vez CEO), que auguró fusiones entre plataformas.
Lo que ya nadie duda, es que la era de Netflix ha terminado. Lo que ocurra a partir de ahora podrá ser mejor o peor para la compañía, pero será distinto. Algo nos dice que se avecinan grandes cambios…