- ¿Qué tiene que tener el perfecto anfitrión? Cinco consejos para triunfar con nuestros encuentros
- Este es el peor error de cortesía que puedes cometer en una cena formal (y no es hablar con la boca llena)
Llevar un detalle cuando te invitan a cenar sigue siendo uno de esos gestos que nunca pasan de moda. Ya sea una comida formal o un picoteo entre amigos, presentarse con las manos vacías puede interpretarse como una falta de cortesía. Lo ideal es elegir un regalo que no solo sea una demostración de agradecimiento, sino que encaje con el ambiente y no suponga una molestia para el anfitrión.
Durante años, las opciones más comunes han sido las botellas de vino, las cajas de bombones e, incluso, los ramos de flores. Sin embargo, cada vez más expertos en protocolo coinciden en que no siempre son lo más adecuado. El vino, por ejemplo, puede generar cierta presión al anfitrión, que podría sentirse obligado a abrirlo aunque no combine con el menú. Las flores, por su parte, exigen parar lo que se esté haciendo para buscar un jarrón y colocarlas, algo poco práctico si la casa ya está llena de invitados. También el postre puede ser problemático si no se ha avisado antes, puesto que lo habitual es que el anfitrión ya tenga uno previsto.
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Por eso, los especialistas en etiqueta recomiendan evitar cualquier alimento o bebida que no haya sido previamente acordado, sobre todo si se trata de eventos más formales. Cuando no hay suficiente confianza, lo más prudente es optar por detalles más neutros, como chocolates artesanales, licor o incluso un pequeño objeto decorativo.
El nuevo rey de los regalos ‘gourmet’
No obstante, y de un tiempo a esta parte, un invitado que quiera causar sensación en una cena debe dejar de lado el vino o los dulces y apostar por un producto tan cotidiano como codiciado: el aceite de oliva. Según el informe Food & Drink Report 2024-2025 de Waitrose, esta tendencia ha despegado con fuerza en países como Reino Unido, donde ya se considera el nuevo regalo estrella para cenas y eventos sociales.
“El aceite de oliva es el nuevo vino”, aseguran los autores del estudio, y no les falta razón. Este producto combina varias virtudes: es saludable, sostenible, duradero y tiene una presentación cada vez más cuidada. Las botellas se diseñan con esmero, el origen y método de producción se indican con detalle, y los consumidores lo perciben como un símbolo de buen gusto. Además, regalar aceite no compromete el menú de la velada, como sí ocurre con otros productos comestibles.
Llevar aceite de oliva como obsequio transmite sofisticación y cuidado por el detalle. Un regalo ideal para brillar como invitado
En España, donde el aceite de oliva forma parte de la despensa básica, esta moda empieza a consolidarse también como regalo gourmet. No es raro encontrar aceites virgen extra premium con etiquetas artísticas, producciones limitadas o ingredientes de cultivo ecológico. Su precio, cada vez más elevado, ha contribuido a darle ese estatus de artículo exclusivo que pocos se atreven a rechazar.