En muchos institutos de Estados Unidos se usa la inteligencia artificial para detectar armas. Todos sabemos que la IA es propensa a los fallos y alucinaciones, por eso resulta sorprendente que se emplee en tareas que implican menores, pistolas y policía.
En el instituto Kenwood High School de Baltimore, en Estados Unidos, un alumno de 16 años fue asaltado por ocho policías que le apuntaron con sus pistolas, le tiraron al suelo y le pusieron las esposas, asegurándole que la IA había detectado un arma en su bolsillo. Lo único que llevaba era… una bolsa de Doritos.
La historía podría causar risa si no fuese por el drama que hay detrás. La tragedia de las armas en los colegios, el temor omnipresente a que un loco se lie a tiros en cualquier sitio, y un adolescente, Taki Allen, que ya no sale al patio al terminar las clases. Espera al autobús dentro, por el trauma que le ha creado el asalto de la policía.
¿Se puede confundir una pistola con una bolsa de patatas fritas?
El instituto Kenwood High School utiliza un sistema de detección de armas basado en IA desarrollado por la empresa Omnilert, según cuenta la BBC. Esta tecnología es la más usada en las escuelas de Estados Unidos.
Utiliza una inteligencia artificial propia para detectar armas en las numerosas cámaras de vigilancia que hay por todo el instituto. Si detecta una, pasa la foto a un equipo humano, que la revisa, y si lo ven claro, avisan al equipo policial, que actúa en cuestión de minutos. Aquí fallaron todos menos la policía, que solo cumplió con su deber.
Tal como ha explicado el propio Taki Allen a la prensa local, este alumno de 16 años acababa de terminar el entrenamiento de rugby, así que se sentó con sus amigos en el patio a esperar el autobús para volver a casa.
Mientras esperaba se comió una bolsa de Doritos y, cuando terminó, se la guardó en el bolsillo para no tirarla al suelo. Irónicamente, si hubiese ensuciado el parque, no habría sucedido el incidente.
El caso es que, a los pocos minutos, vio aparecer a un comando de ocho policías que le rodearon, apuntándole con sus pistolas, y le tiraron al suelo mientras le esposaban. “¿Qué está pasando?”, preguntó, pero no le dijeron nada.
Le cachearon de arriba abajo pero lo único que encontraron fue… la bolsa de Doritos hecha una bola, en su bolsillo. La seguridad de instituto le explicó que la IA la había confundido con una pistola.
Las armas en los institutos: rozando la paranoia
“No creo que una bolsa de patatas fritas pueda confundirse nunca con una pistola”, les dijo. No le falta razón.
Está claro que la inteligencia artificial se equivocó, pero lo que ya es más incomprensible, es que lo hicieran las personas que revisaron la foto antes de llamar a la policía. Si una bolsa de aperitivos en el bolsillo se puede confundir con una pistola… entonces cualquier cosa puede confundirse con una pistola. Lo cierto es que la fotografía no se ha hecho pública, ese habría aclarado mucho las cosas.
¿Y si el menor se pone nervioso y sale corriendo, o agrede a un policía? ¿Y si se escapa un disparo? No se ha revelado si la policía llevaba armas de fuego, o era algún tipo de pistola inmovilizadora.
Taki Allen está dolido porque el instituto se disculpó enviando una carta a sus padres, en lugar de dar la cara. La directora tardó tres días en hablar con él.
Ahora reconoce que ya no sale al patio a esperar el autobús: “Ahora, a veces siento que después de entrenar ya no salgo a la calle. Porque si salgo, no quiero… No creo que sea lo suficientemente seguro, sobre todo si llevo una bolsa de patatas fritas o algo para beber. Me quedo dentro hasta que llega mi transporte”.
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