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Oriana & Gabriel Pagán revelan sus secretos de pareja en el amor y la música

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Decidieron estar en ese ambiente que les proporciona vida, ese que hace que sus cuerpos se estremezcan, en donde su inspiración nace y sus melodías florecen. Un lugar en donde ambos conectan con su verdadera esencia, sus sueños, sus trabajos. Y, específicamente en ese lugar en donde la familiaridad crea una vibra llena de comodidad y bienestar, para ellos es como sentirse en casa.

Él es artista, ella también, comparten un gran amor hacia la música, las artes, y se aman el uno al otro, así son Gabriel Pagán y Oriana Lucas, una pareja que, individualmente, son personas con visiones similares, pero distintas a la vez.

Como pareja, conviven desde la comprensión y el apoyo, y esto lo llevan también a su vida profesional. Han construido un sendero por el que caminan juntos para lograr las metas que se proponen.

En el día a día, viven la experiencia de ser padres y artistas, una etapa en la que administran el tiempo entre sus carreras y el hogar.

Su amor es sano y puro… así lo demuestran a través de sus miradas, su química. Su relación es una conexión que va más allá del sentimiento de pareja. Un ejemplo constante de ello es la manera en que buscan sumarle al otro y siempre velar por su bienestar.

– ¿Cómo ustedes se conocieron?

Oriana: Fue prácticamente a través de la música. Teníamos una amiga en común que siempre me decía: “Tú tienes que conocer a esta persona”, y justamente cuando a él lo firmaron en Sony, ella me dijo: “Mira, él está firmando el contrato (…), vamos, así lo conoces”.

Recuerdo que yo llegué y él estaba todo serio, con su cara de seriedad, pero pasando las horas de la noche fuimos más o menos hablando. Esa noche no hablamos tanto, fuimos a su estudio, me mostró su música, yo entré en crisis, porque yo, como venezolana, crecí con el merengue también, para mí era como mi infancia.

Gabriel: Todo eso sucedió terminando el álbum Morisoñando Vol. 1. Ese fue el disco que yo licencié con Sony Music, antes de hacer la gira en 2019. Estaba firmando para hacer el lanzamiento de ese álbum.

– ¿Sabías que Oriana hacía música también?

Gabriel: No. nos conocimos a través de una amiga, que nos decía que por las vibras de ambos, debíamos conocernos. Y casualmente ese día se dio, sin planificar nada. Después, yo me enteré que ella escribía y cantaba. Como a los dos días yo me fui a Canadá, regresé a Miami como a los tres meses y coincidimos en un trabajo. De ahí, comenzamos a colaborar y a trabajar un par de veces. Las cosas fueron fluyendo, nada complicado y de ahí nació algo que ni ella ni yo esperábamos.

Oriana: No teníamos ni idea. Yo no pensé que él sería el padre de mi hijo, teníamos demasiadas cosas en común. Hacíamos música, pero como uno está en trabajo, uno mantiene su profesionalismo. Él me decía: “Vamos a salir, vamos a tomarnos algo”. Y bueno, caí en su gancho, como dicen.

– ¿Fue algo a primera vista o que fue fluyendo con el tiempo?

Oriana: No. Hubo química, pero no mucha oportunidad, porque él se iba de viaje y volvía, nos volvíamos a ver, trabajábamos, y así.

– Gabriel, ¿qué tiene Oriana que te enamoró?

Gabriel: Es que yo pienso que no es un tema de algo diferente, simplemente es algo que solamente ella tiene, es como tu identidad, tu ser. Yo soy una persona que cree mucho en la parte espiritual y siento mucho a nivel emocional. Yo me dejo llevar y siento realmente lo que mi intuición me dice, y yo siento que eso viene como contigo, en cada ser en especial, que cada quien tiene ese algo distinto a todo lo que hay allá afuera. En cierta forma, tú sientes esa conexión, sientes ese clic, que tú dices “aquí vale la pena jugársela”.

– ¿Y tú, Oriana?

Oriana: Es prácticamente lo mismo. Así como dice él, en tema energético, eso se siente. Yo con Gabo me siento en casa, me siento como que puedo ser yo y no importa nada; él siempre me quiso y viceversa. Nos hemos amado y nos hemos conocido de la manera que somos. Yo nunca he pretendido ser alguien más. No lo puedo evitar, yo soy alguien real y siento que es muy importante. Él siempre me ha dejado ser yo, me ama como soy.

Él tiene bastantes cualidades que a mí me encantan. Y hay muchas cosas en común, yo puedo hacer música con él, todo lo que compartimos, hemos tenido un camino juntos. La vida nos unió y es mágico poder compartirlo con alguien.

Los dos estamos en lo mismo, vamos en el mismo barco y remamos juntos. Y me parece maravilloso. Yo nunca había vivido algo así.

– Entonces, ¿Se conocieron ya con sus carreras construidas?

Gabriel: Sí. En ese momento, Oriana estaba en el proceso de The Voice.

Oriana: Fue impresionante, porque nos pasan las cosas como que al mismo tiempo. A Gabriel le estaba pasando eso y como unos meses antes a mí me habían llamado para esto (The Voice) y empezó a suceder en el momento que estábamos saliendo. Eso es lo increíble, que a los dos nos han ocurrido cosas maravillosas en el mismo momento.

– ¿Cómo fue eso de acoplarse, siendo ambos artistas y con distintas agendas?

Oriana: Yo creo que lo hemos manejado bastante bien. Considero que cuando tienes a una pareja que hace lo mismo que tú, entiendes un poquito más.

Obviamente, como todo, a veces es difícil, y más ahora que tenemos un hijo. Hay ocasiones donde él tiene que viajar mucho, y estar separados a veces me cuesta, pero uno lo entiende porque al final es el sueño, y yo comprendo el sueño de cada quien.

Es importante que ninguno de los dos dejemos de ser quienes somos, sino que evolucionemos a ser mejores juntos. Como pareja, es mejor uno sumar y darlo todo a que tú frenes a alguien. Si no, no estén juntos.

Gabriel: Yo creo que todo viene de un balance. Hay veces que es difícil porque los tiempos coinciden con cosas en común o aparecen compromisos en tiempos similares y lo que tenemos es que “ven tú un ratito, o me quedo yo”.

Por lo menos encontramos el apoyo y la manera de solucionar cualquier contratiempo que pueda aparecer. Hay meses que son más complicados que otros, pero al final es buscar ese balance.

– Si pudieran describir al otro con una sola palabra, ¿cuál sería?

Gabriel: Yo diría que pasión.

Oriana: Perseverante.

– Y su historia de amor en una frase, ¿Cómo la describirían?

Gabriel: Hay una canción, la primera que escribimos juntos. Se llama Contigo no me da miedo. Fue como un año antes de que Río naciera.

– ¿Cómo ha sido el proceso de tener a Río? ¿Cómo fue la llegada de él a sus vidas siendo cantantes?

Gabriel: Él es un espíritu libre. Un niño auténtico, feliz, no le tiene miedo a explorar. En cierta forma, yo veo a mi hijo y me reflejo mucho en él. Me recuerda mucho a mí mismo en mis inicios en la vida.

Oriana: Yo digo que uno con su hijo se llega a conocer más a sí mismo. Ves cosas de ti en él, tanto buenas como malas. Ves cosas de tu carácter.

Esto nos ha hecho aprender muchísimo. Tener a Río nos ha hecho querer ser mejor persona, porque soy de las partidarias que pienso que ellos son lo que tú eres. Ellos repiten lo que su mamá y su papá son en la casa.

Al principio nos costó muchísimo adaptarnos, de tener una vida donde ambos, tanto solteros como en pareja, un día a veces nos levantábamos y decíamos: “Nos vamos”. Ahora mismo nos ha costado entender que tenemos que planificar las cosas porque tenemos un bebé. Incluso a veces hacemos cosas que nos preguntamos: “¿Cómo se nos ocurrió estar aquí con él?”. Fue difícil, pero yo creo que eso nos ha hecho aprender y disfrutar.

Gabriel: Nos dejamos llevar del momento. Yo creo que ningún padre sabía ser padre hasta que tuvo un hijo. Entonces, yo siento que eso viene con el proceso y con los cambios. Y que al final es un trayecto y una experiencia muy bonita el tú ver cómo un ser humano que arranca tan chiquito, va poco a poco creciendo contigo.

¿Qué tiene Río de Gabriel y qué tiene de Oriana?

Gabriel: Él tiene demasiado de los dos. De Oriana, por ejemplo, tiene el carácter. Es intenso, para él no hay nada en lo que simplemente no se arriesgue, y aunque él se dé un fuetazo o aprenda después, es como que: “Yo prefiero arriesgarme y jugármela que quedarme en la duda”.

Oriana: Ese es el detalle. Cuando Gabo y yo, a medida que nos fuimos conociendo, nos dimos cuenta que teníamos bastantes cosas en común. Cuando vemos a Río es, literalmente, un 50 y 50 de cada uno.

Físicamente, yo diría que se parece a él en la forma de los ojos. Y de personalidad, lo determinado. Río, cuando quiere algo, no importa cómo, pero él lo va a encontrar. Gabo es así, cuando quiere algo, él busca la manera de llegar hasta ahí.

– ¿Qué les enseñaron sus padres que hoy en día practican ustedes tanto en su matrimonio como progenitores?

Gabriel: Eso viene de la convivencia en familia. Todo se basa en compartir, el tiempo de calidad es algo que a veces en el día a día, con la presión y eso, cuesta.

Oriana: Tanto su familia como la mía es bastante similar. Nosotros somos de estar en la casa en vez de salir por ahí, siempre estamos en la casa todos.

Por ejemplo, a los padres de Gabriel les hace feliz tener a sus hijos en la sala de su casa o comiendo todos juntos. Incluso, al mismo Río, cuando se va a dormir, le gusta que estemos los tres. Es como que no esté uno solamente, es que vengan los dos.

Para nosotros también ha sido como que sorprendente, porque, sin darnos cuenta, es lo que le hemos inculcado, que estamos siempre los tres. Entonces, si falta uno, es como que está raro.

Es la presencia y disfrutar de esas etapas. Gabriel ha sido un increíble padre, siento que hoy en día estamos en un siglo en el que los papás están más involucrados. Incluso, en su familia y en la mía, los padres están involucrados. Están ahí, están presentes.

– Oriana, ¿cómo fue tu proceso de adaptación aquí? ¿Tú conocías República Dominicana?

Oriana: No. O sea, había venido de escala, pero nunca me había quedado aquí. Nunca había conocido Dominicana; y eso que yo he vivido en mil lugares.

Cuando él me trajo para acá, yo quedé enamorada, porque yo llevaba mucho tiempo fuera de mi país, y me encantó el hecho de que esto es lo más cercano a Venezuela que se me pudo regalar, tanto en paisaje como en gente.

En temas de adaptación, para mí fue difícil, porque me quedé aquí en pandemia también, no conocía a nadie, entonces para Gabriel también era como que “¿Cómo te puedo enseñar yo mi cultura y todo lo que tengo?”.

Y fue a través de su familia que, ojo, amé. Para mí, la familia es bastante importante. Yo tengo una familia supergrande y con bastante valores; su familia es igual que la mía. Y yo di gracias, porque gracias a Dios yo llegué a estas manos y no estaba sola pasando todas estas cosas, estando mi familia en Venezuela.

Pero República Dominicana a mí me ha recibido bello y hermoso. Toda la gente es bastante cálida. Como todo, hay partes que sí me han costado muchísimo más.

Por lo menos, en la parte laboral sí me ha costado, pero fue más también por el proceso de lo que he vivido, como que yo he tratado de abrirme y tratar de atraer esa gente que va con la personalidad de uno y las cosas que uno quiere en su vida.

– Ya hablando de música, ¿cómo comenzaron a inclinarse hacia este arte?

Gabriel: Yo siempre he dicho que la música fue algo que vino conmigo de fábrica. O sea, como que yo nací con eso. Quizá no sabía que terminaría donde terminé hoy en día, pero desde muy temprana edad supe que yo tendría algo que ver con la música.

Empecé a coquetear con la guitarra, con el piano, con uno que otro instrumento, y se fue poniendo un poco más serio con los años. Me fui a estudiar fuera en Berklee, la carrera que hice fue Producción.

Paso a paso fui creciendo y simplemente encontrándome a mí mismo musicalmente. Yo creo que lo más difícil para cada artista es encontrarse. Con los años tú te vas dando cuenta que mientras más real eres contigo, en cierta forma impregna en una canción, eso evoluciona y ya deja de ser tuya, eso le pertenece a la gente.

Y yo siento que es eso, que la música es simplemente parte de mi esencia, de lo que yo soy. Para mí esto no es una carrera, esto es algo que va contigo. Quizá uno decide cuándo dar, y quizá te retiras un poquito, yo tengo quizá dos años que he estado en preparación de cosas muy interesantes que están apenas comenzando.

Oriana: En mi caso igual, desde que nací. Es como dice él, como que va dentro de uno. No es una cosa que definitivamente tú puedes evitar.

De chiquita también toqué guitarra, recuerdo que me la regalaron y desde ese momento comencé a escribir canciones, me empezaron a romper el corazón también, y por ahí fue que salieron más de mis líricas.

Me fui a estudiar música, lo decidí ya un poco más consciente de lo que quería Me fui a California; en Hollywood también estudié música por un tiempo.

Y la vida te va respondiendo, porque creo que no es tanto lo que uno quiera y lo que uno sea, sino si la vida también te lo da. Ha sido una carrera maravillosa.

Además de la música, ¿qué otras cosas les apasionan?

Gabriel: Ambos tenemos proyectos paralelos a la música, que también nos quitan mucho tiempo, ocupan mucho de nuestra agenda. Oriana tiene su marca de bikinis, en la que le va muy bien.

Yo tengo proyectos más empresariales, diversas cosas en temas de inversión, de oportunidades de negocios. Yo soy muy diverso en cosas que no tienen nada que ver quizá con la música en particular, que también me gustan mucho. De temas de recursos naturales, de temas de tierras, muchas cosas.

Siento que quizá me dejo llevar más del ámbito familiar de negocios y aprendo muchísimo de muchas cosas en las cuales estoy involucrado a diario.

Oriana: En mi caso, yo con el diseño voy más un poquito de la mano de la música, porque también es arte. Y es superchévere. Los diseño con mi mamá, estoy asociada con ella y otra socia que está en Venezuela; nosotras tenemos una tienda allá desde hace 10 años.

Desde que vine para acá, vi la oportunidad de negocio. RD es igual que Venezuela, todo el mundo usa trajes de baño igual que allá, siempre hay un plan de playa. Y me he puesto para eso. La tienda tiene como nombre Letopswim.

Ha costado, porque son muchas cosas en el plato, pero, poco a poco, si uno se enfoca en lo que quiere y va poniendo los huevos en diferentes canastas, se puede lograr.

– ¿En algún otro momento, tienes dentro de tus planes lanzar otra línea?

Oriana: Ya lo hago. Como que me he diversificado porque yo diseño algo para mí y a veces siento como que no tengo que analizarlo porque siento que me tengo que enfocar en una sola cosa, que por ahora son los bikinis, y si me pongo en muchas, como que no me sale.

Pero se me da, yo lo hago para mí, yo a veces diseño mis propias cosas. En mis redes yo siempre estoy haciéndome algo para fiestas o eventos y la gente me pregunta por qué no lo hago para venderlo.

Pero sí, me encanta todo lo que es diseño. De hecho, tenemos pensado hacer una línea de sombreros. Es un proyecto que uno tiene debajo de la lupa.

– Cuéntennos sobre sus proyectos a futuro, tanto en la música como en cualquier otra área.

Gabriel: Estoy en un cambio de disquera. Estoy empezando una nueva etapa, quizá un poco más seria a nivel internacional.

Asimismo, tengo un sencillo nuevo que sale. Se llama El amor no pasa de moda, irónicamente. Sale de la mano de esta nueva disquera, la cual tiene mucho que ver con Prince Royce, Luis Enrique y un sinnúmero de artistas que, dueños de muchas cosas a nivel de catálogos, es un gran equipo el que conforma esta disquera.

Tiene la vertiente o el fuerte de que son personas con mucha experiencia, que vienen todos de diferentes grandes disqueras mayor, pero que cuentan con un project similar a una gran disquera.

Es un equipo que yo siento que me va a sumar mucho en este proceso de cruzar esa línea de poder llevar este proyecto, con este tipo de música y concepto a otro nivel.

– ¿En qué género es el nuevo sencillo?

Gabriel: Es similar a lo que tú ya me conoces haciendo, pero yo diría que como que un poco más internacional, que eso también tiene un poco que ver con las colaboraciones con las cuales estamos estratégicamente haciendo esos acuerdos. Y también estamos en la forma de poder estar expuestos, simultáneamente en distintos mercados con la misma esencia que ustedes conocen que nosotros trabajamos.

– ¿Es un álbum o una canción?

Gabriel: El sencillo sale antes, y el álbum saldría probablemente a finales de año.

Posiblemente en este álbum salga una que otra colaboración nuestra, no está 100 % decidido. Pero Oriana también sale con su EP este año, con un estilo muy interesante también, un estilo que quizá la gente no ha escuchado.

Hay productores muy interesantes envueltos en ambos proyectos, escritores también. Yo pienso que van a ser dos proyectos muy diversos; musicalmente son muy comerciales, bien frescos, enérgicos, bien bailables, refrescantes para el oído.

Y es que no hay nada allá afuera que tenga ahora mismo alguna similitud, que es lo chévere. La música tiene que ser algo que te cambie, no más de lo mismo. Hay mucha gente haciendo cosas chéveres, pero muchas están sonando igual ahora. Creo que se han enfocado en estilos de sonido que salen muy similar a todo lo que hay allá afuera.

Pienso que las cosas, cuando vienen distintas, con colores distintos, que llaman la atención de una forma distinta, es lo que logra romper.

Oriana: Este año vienen cosas maravillosas. Yo también he estado bastante en conseguir exactamente ese sonido que quería sacar como solista, que creo que nadie ha visto esa parte de mí. Estamos encaminados para eso.

– ¿Cómo es eso de apoyarse mutuamente en sus carreras Que, aunque probablemente tengan estilos distintos, comparten la misma pasión, que es la música?

Oriana: Me hace feliz el hecho de tener un sueño y él también. A mí me emociona verlo cumplir las cosas que él quiere en su vida, eso para mí es mágico, y me da felicidad que él esté feliz. A mí me apasiona que él esté apasionado.

Todo lo que él siente yo lo siento al triple, porque sé lo que es, sé lo importante y valioso que es, y por lo que se ha trabajado para llegar ahí. Y qué maravilloso que pueda ser yo quien pueda vivirlo a su lado. Y viceversa, estoy segura.

No me arrepiento de nada. Me encanta estar aquí a tu lado y vivir todo esto contigo. Da placer que alguien esté y que juntos logren las cosas.

Ojo, que yo no sé ni la mitad, porque no lo conozco de toda la vida, pero lo siento así. Pero ya en los años que llevo con él sé lo que hemos pasado, tanto él como yo, y ver que todo esto está sucediendo, me llena.

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