Las medidas tan controvertidas que está tomando Donald Trump al frente del Gobierno de Estados Unidos han tenido las primeras consecuencias internacionales. El presidente anunció una subida de los aranceles a las bebidas alcohólicas importadas desde la Unión Europea, Francia, uno de los mayores exportadores de vino, no ha tardado en contraatacar.
Raphaël Glucksmann, miembro del Parlamento Europeo y copresidente de un pequeño partido de izquierda en Francia, ha sido noticia en el país. El político francés ha sugerido que Estados Unidos ya no es digno de tener la Estatua de la Libertad.
El monumento que regaló el país galo hace casi 140 años a Estados Unidos como símbolo de paz ha empezado a estar envuelto en una enorme polémica. Glucksmann asegura que algunos “han elegido pasarse al lado de los tiranos”, Francia no apoya los cambios radicales en la política exterior estadounidense y no quiere que se le relacione con Donald Trump.
“Devuélvanos la Estatua de la Libertad. Era nuestro regalo para ti. Pero, al parecer, la desprecias. Así que será feliz aquí con nosotros”, en declaraciones de Glucksmann según recoge AP News.
La Casa Blanca no está preocupada por las amenazas de Francia
El Gobierno de Donald Trump no parece demasiado preocupado tras las amenazas de algunos políticos franceses. Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, ha respondido que Estados Unidos no pretende mover este monumento del puerto de Nueva York.
El país incluso se ha atrevido a atacar a Francia. “Mi consejo para ese político francés anónimo de bajo rango sería recordarle que es solo gracias a Estados Unidos que los franceses no hablan alemán ahora mismo”, ha opinado en una rueda de prensa haciendo referencia a la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Karoline Leavitt asegura que los franceses “deberían estar muy agradecidos”. Estados Unidos ha seguido una estrategia similar a la tan criticada con el presidente Volodímir Zelenski durante su visita a la Casa Blanca, Trump aseguró que suspendería la ayuda militar a Ucrania con un tono autoritario.
Raphaël Glucksmann ha respondido a las acusaciones en su cuenta de X (Twitter). “Nadie, por supuesto, vendrá a robar la Estatua de la Libertad. La estatua es suya. Pero lo que representa es de todos”, asegura el político.
¿Podría Francia reclamar la Estatua de la Libertad?
La Estatua de la Libertad es Patrimonio Mundial por la UNESCO, el brazo cultural de las Naciones Unidas. El organismo recoge que el monumento es propiedad de Estados Unidos, Francia perdió todos los derechos cuando se inauguró el 28 de octubre de 1886.
La posibilidad de que la Estatua de la Libertad vuelva a Francia ni siquiera está encima de la mesa para el Gobierno de Emmanuel Macron. El presidente francés ha intentado negociar con Trump una rebaja de los aranceles a las bebidas alcohólicas por la vía pacífica.
La Casa Blanca se resiste a cambiar de opinión, pero la situación tendría que escalar a niveles mucho mayores para que Francia iniciase los trámites para recuperar la Estatua de la Libertad, a pesar de las trabas que encontraría en su camino.
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Etiquetas: Unión Europea, Estados Unidos