Santo Domingo.-Adrián Beltré conectó un cuadrangular cuando tenía 12 años, jugando frente a la Liga Corporino López, de Barahona, y fue en ese momento que el profesor Juan Valdez Mena, su primer entrenador, se percató de que el chico era un diamante.
Hoy que Beltré es un inmortal de Cooperstown, quien fue su principal mentor lo pondera y recuerda que vaticinó que sería el mejor antesalista de América Latina.
Valdez Mena, quien para ese entonces era el presidente de la Liga Deportiva Valdez Pérez, asegura que el adolescente llegó a la entidad de la mano de su madre.
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“Era un niño fornido, con una gran disciplina, y nos dimos cuenta que tenía un talento innato” dijo el profesor Valdez Mena, presidente de la entidad deportiva, con sede en ese momento en el Hogar Escuela Santo Domingo Sabio del kilómetro 12 de Haina.
Recuerda que procedió a inscribirlo en la liga de manera gratuita, es decir exonerado de pagos de inscripción y de cuotas mensuales y lo colocó como segunda base.
Con el correr de los dias, la destreza y la disciplina para jugar le fue ganando terreno a otros de superior categoría.
Luego, un compañero llamado Radhamés, le sugiere a los 12 años jugar en la tercera base, lo que el profesor Valdez aceptó.
La sugerencia fue solo porque Adrían era superior a él, y para poder jugar en la segunda almohadilla, le hizo la recomendación.
Pronto, Beltré fue tomando posesión de la tercera base, pero conjuntamente con eso también asimilaba las enseñanzas que le ofrecía su entrenador el profesor Valdez.
“Nosotros pronosticamos que Beltré sería el más extraordinario tercera base latino de todos los tiempos, y con su escogencia al Salón de la Fama, nuestro pronóstico se cumplió”, recalcó.
Recordó que ante tal vaticinio, muchos pensaron que la tarea no era fácil de acertar, y al ver ahora los números que colocó en Grandes Ligas, no solo se ha cumplido el pronóstico del profesor, sino que se demuestra que solo está detras de Mike Schmitd y Eddy Mathews en la historia de MLB en esa posición.
“Nunca me he referido de manera pública ni privada a decir lo que hice por esa estrella de las Grandes Ligas porque no he trabajado nunca en el deporte dominicano para gloria personal”, dijo.
“Creo que el deporte es un sacerdocio y una entrega de un hombre por honrar a Dios y a su patria”, sostuvo.
Recordó que fueron compañeros también de Beltré en la Liga Valdez, Eddy Garabito, Runelvys Hernández, José Miguel Pimentel, Leonel Tavárez, Raúl Gros, José Soriano, y Edinson Vólquez, entre otros.
Beltré no solo fue un gran atleta, sino que su ejemplo como ciudadano está por encima del peldaño que hoy lo lleva al salón de la Fama de Cooperstown.
“Nunca en todos estos años he llamado a Beltré, pero no obstante a eso, tengo de él las mejores impresiones, sobre todo por su decencia y el respeto que me ha profesado durante todos estos años”, concluyó el profesor Juan Valdez Mena.