¿Qué provoca algunas parejas de ancianos fallezcan con poco tiempo de diferencia?
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- El fallecimiento de un ser querido es un proceso doloroso y difícil para cualquier persona, pero en el caso de las parejas de ancianos, la situación se vuelve aún más compleja. En muchos casos, cuando uno de los cónyuges fallece, el otro también muere poco tiempo después.
Este fenómeno es conocido como «síndrome del corazón roto», y ha sido objeto de numerosos estudios y teorías a lo largo de los años.
Según la consejera Luisa Pareja Nolte, el fallecimiento del cónyuge es uno de los procesos más difíciles de afrontar para las personas mayores, debido a que la tristeza, la soledad y el sentimiento de culpa por seguir vivos los puede agobiar, provocando una serie de problemas de salud física y emocional.
“Lamentablemente, la mayoría de los adultos mayores que pierden a sus parejas también fallecen al poco tiempo”, comentó Nolte al ser entrevistada por Krismeli Brito Padilla en el programa “Con la Dra. Controversia”, transmitido por la plataforma digital El Nuevo Diario TV.
(Ver programa).
Se cree que esto se debe en parte al estrés emocional y físico que sufre el cuerpo después de la pérdida de un ser querido.
Para evitar que esto suceda, la consejera destacó el importante papel que juega la familia al momento de afrontar el trance de asimilar la pérdida, ya que el apoyo familiar es la base sobre la que se sustenta el cuidado de ancianos durante el duelo por la pareja.
En tal sentido, consideró que la familia debe estar presente para escuchar, comprender y apoyar a los ancianos en este momento difícil, brindándoles amor, compañía y cuidados.
“Porque la tristeza de la soledad no les permite seguir más, salvo que la familia lo saque adelante, la familia es la que tiene que colaborar en esta situación para que ellos no se sientan realmente solos”, expuso.
Asimismo, comentó que es necesario evitar que los ancianos se sientan solos y abandonados, recordándole con cada acción que, aunque al principio duela, la vida continua después de una pérdida.